Joan Oriol, la zurda eterna del Nàstic

Para Joan Oriol los años no importan. No son excusa, sino un argumento de peso en el que arroparse para ofrecer una de las mejores versiones del lateral que se recuerdan. Tarragona disfruta de un futbolista en estado de gracia que juega con el aval de su talento y de su experiencia. Va sobrado en ambos sentidos. Por eso acude a cada partido sintiéndose superior, aunque siempre con el respeto hacia el rival por delante. Esa confianza le permite ser diferencial y convertirse en algo más que un lateral.

Juega de carrilero zurdo, pero no lleva el ‘3’ porque su incidencia en el conjunto grana va más allá. Es una pieza clave en el juego ofensivo porque permite generar conexiones por dentro, pero también acudir a línea de fondo cuando la jugada lo pide. Cuenta con un estado físico descomunal y una inteligencia basada en la repetición de los años que le permiten acudir a la zona que la jugada pide en todo momento. Para Joan Oriol los partidos a estas alturas ya tienen un claro aroma a pachanga, aunque siempre juega con la concentración que el reto exige. Eso sí, disfrutar lo pone por encima de todo. El día que no goce en un campo de fútbol dirá adiós. Así lo dice siempre y así lo demuestra. Sus palabras nunca caen en el vacío.

Solo a un futbolista con un talento desorbitado y una personalidad arrolladora podría anotar un gol antológico como el que logró ante el Castellón. Fue de esos que siempre se recuerdan, por la complejidad y el momento en el que llegó.

El cambrilense sorprendió a todos cuando la primera parte ya llegaba a su fin. Apenas quedaban instantes y recuperó una pelota en la banda en la que quizás un centro a la olla era el recurso fácil. Sin embargo, Oriol fue más allá e imaginó y ejecutó una jugada de fantasía. Se coló por dentro, al más puro estilo Marcelo en el Real Madrid, y se plantó mano a mano ante el defensor rival. Lo destrozó, literalmente. Le hizo un amague con la cintura que lo firmaría Stephen Curry en los Warriors de la NBA. No fue un step back, pero fue un giro de cintura acompañado de una bicicleta que dejó clavado al adversario. Tras esa maravillosa maniobra sucedió lo más determinante porque Joan Oriol disparó con su pierna menos buena, pero poco le importó. Su chute se marchó al palo largo y tocó en él para después colarse en la portería rival. Celebró el gol con rabia y se señaló su nombre y su dorsal de la camiseta. Fue un acto reivindicativo porque el cambrilense juega con el peso de los años, pero le da absolutamente lo mismo. Luego le dedicó el tanto a su futuro bebé que está en camino.

Ya es el segundo gol que le dedica este año. Las cosas le marchan bien tanto fuera como dentro del campo y eso se nota. Joan Oriol es feliz y el Nàstic también porque disfruta de la madurez de un futbolista superdotado que paseó su zurda por los mejores campos de España e incluso de Europa. En Tarragona ya se sabe que esto no es casualidad porque cuesta recordar un lateral izquierdo del talento y la regularidad del cambrilense. Han pasado muchos y muy buenos por Tarragona, pero es que su nivel responde sencillamente a unas categorías profesionales superiores que nunca debería haber abandonado, pero a veces las decisiones condenan. La mejor manera de olvidarlas es dibujando un presente bonito y vaya si Joan Oriol lo está haciendo.

Futuro de grana

A sus 36 años renovó dos temporadas con el Nàstic el pasado verano en unas negociaciones abocadas al éxito porque ambas partes tenían claro que querían seguir juntos de la mano. El cambrilense disfruta de su ciudad y su club. Se siente valorado por todos y lidera el vestuario por segundo año consecutivo.

El año pasado le arrebataron el sueño de poder jugar con el Nàstic en el fútbol profesional. Murió en la orilla junto con el resto de sus compañeros, pero esta temporada tiene claro que hay que volver a intentarlo. De momento, él junto al resto de la plantilla han conseguido darle la vuelta a una situación que tuvo a Agné contras las cuerdas. Ahora el Nàstic ya está en la zona noble y va a más. 10 de 12 puntos han disparado a los granas y en estos puntajes ha tenido clara incidencia Joan Oriol con una asistencia en Las Gaunas y el gol conseguido ante el Castellón.

Joan Oriol suma y sigue. Sus 36 años son un simple decorado. El Nàstic disfruta de un lateral con alma de mediocentro. No existen mejores laterales que él en la categoría o al menos no han pasado por el Nou Estadi. Los puede haber más exhuberanes ofensiva o defensivamente, pero con su incidencia en ambas fases del juego, no. La zurda eterna que pinta lienzos.