Pep Casas, que fue el primer jefe de prensa del CF Pobla de Mafumet, ha muerto tras una larga enfermedad. La historia de Pep Casas Farrera (Torelló, 4 de agosto de 1947) con el CF Pobla de Mafumet se forjó en la temporada 1999-2000. Un directivo del club pobletano de la época lo convenció para echar una mano a la entidad puntualmente en su tiempo libre. Mecánico de profesión, se jubiló trabajando en Repsol Química. Pep nunca había estado vinculado a un equipo de fútbol, era más de verlo por televisión. Sin embargo, en el CF Pobla de Mafumet se le despertó el ‘gusanillo’ gracias al buen ambiente que se respiraba en el club.
Pep Casas empezó desarrollando diferentes tareas en el día a día de La Pobla: era el encargado de pasar el rodillo por el campo de tierra los días de partido y también ejerció como delegado del primer equipo en Territorial Preferente y en Primera Catalana con José Luís Guerra como entrenador.
Con la llegada de Josep Mir a la presidencia, se aprobó que Pep Casas pasara a formar parte de la junta directiva, convirtiéndose en el primer jefe de prensa. Pep vivió todo tipo de experiencias, redactando crónicas de partidos en Territorial Preferente, Primera Catalana, Tercera División y Segunda B. En ocasiones incluso hacía de speaker durante los partidos.
La profesionalización del CF Pobla de Mafumet comportó que en la temporada 2007-08 llegara el periodista Helder Moya al club para compartir tareas con Pep (Pepinho, como lo bautizó cariñosamente Hélder). Ambos formaron un auténtico tándem, con una admiración mutua.
Allí donde el CF Pobla de Mafumet alcanzó grandes gestas deportivas, estuvo Pep Casas. El fútbol catalán siempre lo reconocía: gorra deportiva, gafas, carpeta con la hoja de alineaciones y el famoso pinganillo bluetooth del teléfono en su oreja derecha. El fútbol era una droga que lo tenía completamente enganchado. Siempre estuvo agradecido a su mujer y a su hija Violant por su paciencia. Por eso, algunas crónicas las firmaba con el nombre de ella.
Pep Casas nos ha dejado tras una enfermedad que poco a poco fue apagándolo. Siempre fue un auténtico hombre de club. Su famoso «Gol de Romo del Santfeliuenc», que se hizo tan popular, ya es eterno. Pepinho, descansa en paz.
