«Sabía que no me fallaría». Así definió Raül Agné la actuación de Èric Montes, ayer central ante el Barça Atlètic. «Tenemos un nuevo ‘jefecito’ que es pura raza, pura energía, y además es muy buen jugador», expresó.
El de Mequinenza se mostró satisfecho por el trabajo de los suyos después de las derrotas ante el Sabadell y en Pamplona: «No merecimos caer contra el Sabadell, sin embargo, ante el Osasuna no estuvimos nada bien». Admitió que «en el fútbol nunca se puede estar tranquilo», pero el técnico grana respiró alivio con la victoria, sobre todo tras los últimos choques.
Es más, argumentó que el resultado pudo haber sido más abultado que el 1-0 final: «Era un partido de garra y hemos tenido ocasiones, tenemos que aprender a ganar 2-0, 3-0 o 4-0». Es cierto que el Nàstic ha tenido oportunidades para sentenciar. Sin embargo, ha vuelto a dejar la portería a cero con la mentalidad competitiva necesaria para contener al Barça.
Alegría, pero alegría comedida en el vestuario tras la victoria: «Esto lo podemos celebrar hoy y mañana, pero el martes ya tenemos que estar pensando en que hay que ganar en Alcoy». En Alcoy, precisamente, el Nàstic no podrá contar con Josema, que ha visto la quinta amarilla. Sí estarán Montes y Quintanilla, y a la espera de la recuperación de Marc Trilles: «Ha salido bien la jugada, si no hubiera salido, habrían dicho que estoy loco». Agné también valoró el partido de Pablo, al que solo le faltó el gol en un choque en el que desquició a la zaga azulgrana: «Es un ‘pepino’ de delantero y muy inteligente, ha provocado que el Barça cambiara a los centrales».
El objetivo a partir de aquí es la regularidad. Tal como comentó el de Mequinenza, «la experiencia dice que hay que ir encontrando un once fiable». Sumado al espíritu competitivo exhibido hoy por los granas, es la receta para pelear contra los grandes.