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No actuaron ni Shakira ni Coldplay en los prolegómenos, ni se invirtieron millones de euros en una campaña de márketing previa. Tampoco se colapsó la atención mediática ni el estadio reunía una capacidad para 80.000 hinchas. Dio igual. Rebels de Riudoms e Imperials de Reus cruzaron sus caminos de forma pionera en la Lliga Catalana y se paralizó el mundillo de este deporte en la provincia. Cultura minoritaria pero terriblemente apasionada.
Significó el reencuentro entre viejos amigos. El ambiente resultó hasta familiar y no faltó la guasa en algunos momentos. Rebels Riudoms se ha formado gracias a la fuga de algunos jugadores de Imperials por andar en desacuerdo con la gestión del club reusense. Entre los dos equipos existían pocos secretos y máxima rivalidad.
En el estadio de Riudoms, Sergi Aguilera, head coach de Rebels, y Marc Aurellano, entrenador de Imperials, ultimaban los detalles en sus respectivas charlas. Se intuía mucho grito emocional en cada rincón del campo, donde se reunieron las dos plantillas. Mientras, los cuatro colegiados, vestidos a rallas negras y blancas, al más puro estilo americano, esperaban en el centro.
Fue curioso y extraordinario ver cómo en el cemento del recinto poco a poco aparecían «las viejas glorias de Imperials», tal y como les reconocían los presentes. «Has visto, todavía juega el Chinchilla». El Chinchilla lleva el número 90 de Rebels, un jugador bajito y entusiasta, que se resiste a la retirada. El que sí disputó su último partido en activo tras 25 años fue el quarterback de Imperials, Óscar Rodríguez. Se despidió con una victoria y con el papel principal en el juego. Su actuación y la gran defensa colectiva de los reusenses acabaron con la ilusión de Rebels, que se llegó a poner por delante con un 3-0. Quedó en eso. Al final, 3-12.
El éxito de Imperials, con su presidente Jaume Augustench actuando como jugador de campo, agranda un derbi que ha puesto los cimientos de algo grande en el fútbol americano provincial en los próximos tiempos. A pesar del millón de dificultades se hace entrañable la dedicación de los dos clubs para poder sobrevivir.
