Piccadilly, uno de los centros neurálgicos de Manchester, se ve inundado por camisetas del City un lunes de Bank Holiday (día festivo). La celeste del Manchester ofrece colorido al mediodía, entre las inmensas litronas de cerveza que se sirven en los pubs y esos bares tradicionales con cierto embrujo. Juega el equipo de Guardiola ante el Leicester, en plena lucha por el campeonato, la prestigiosa Premier, un producto en alza.
El Etihad Stadium, la casa citizen, se encuentra a unos tres kilómetros de distancia, arropado por la impresionante Ciudad Deportiva, la Academia como la llaman sus empleados, a escasos metros de ese templo en el que Pep Guardiola exhibe sus métodos. El examen ante el Leicester lo soluciona Kompany, el carismático capitán, con una maniobra fabulosa desde fuera del área, pero Pep no cambia el discurso. A pesar del infarto final, el técnico se niega a replegar a su equipo. El City defiende en campo contrario, se exprime en la presión, sin temer a ese mar de metros que deja a sus espaldas. Es el riesgo expresado a la máxima potencia. Su entrenador lo quiere así y los chicos cumplen. El 1-0 mantiene líder al City a falta de una jornada. 95 puntos y todavía no define el título. El Liverpool, otra apisonadora con distinto patrón, le exige la agonía en la fecha definitiva, pero algo no cambia. Más allá del éxito existe un plan, una filosofía que Guardiola en el campo, y Txiki Beguiristáin y Ferran Soriano, en los despachos, han instaurado. Con Johan Cruyff como influencia indiscutible.
Momentos ���� #manchestercity pic.twitter.com/ZAsFDR3WW3
— Nicolas Otamendi (@Notamendi30) 14 de mayo de 2019
Pep, el autor
En 2016, Pep Guardiola completó el puzzle cuando aceptó la propuesta del emergente Manchester Sustituyó a Manuel Pellegrini y se juntó de nuevo con Txiki y Soriano, la exitosa pócima azulgrana. Exigente, detallista, perfeccionista y apasionado por el ataque, el técnico ha conquistado todos los récords en Inglaterra, a pesar de un primer año en blanco, en el que necesitó airear la plantilla.
En el curso 2017-18, el proyecto tomó un impulso definitivo. A la estética en el juego, el City de Guardiola pulverizó presagios. Se apuntó la Premier con 100 puntos en su casillero, la mayor puntuación en la historia del campeonato. Este domingo, en Brighton, los jugadores citizens celebraron un nuevo premio de la regularidad, en esa última fecha agónica. El 1-4 provocó una celebración repleta de alivio, ante la presión insistente del Liverpool, que se quedó a las puertas del reino con 97 puntos. Guardiola y sus chicos sumaron 98.
El trabajo casi artesanal de Pep con sus equipos no queda reflejado únicamente con victorias. Decía Marcelo Bielsa hace unos días que «Pep construye equipos de autor». El cómo resulta más importante incluso que los 26 títulos que decoran el trayecto del entrenador. 27 si este sábado logra conquistar la FA Cup y confirma la cuarta copa para el City y su espectacular hegemonía en el país británico, algo imprescindible para sus hinchas. Un dato lo refleja. El City tiene vendidos todos sus billetes para la Premier y los partidos de Copas. En la Champions necesita un esfuerzo extra.
Mientras el tema «Wonderwall» de los Oasis retumbaba en el vestuario citizen, en pleno éxtasis por la última Premier, con el músico Noel Gallagher como animador de la fiesta, Guardiola, Txiki y Soriano ya idean el próximo plan; el deseado asalto a Europa. La Champions se resiste. La corona para culminar un ciclo dorado del club. «No podemos creernos especiales. Conmigo no va a pasar». Pep, avisa.