Un vecino de la urbanización Serramar de Alcanar: "es la tercera vez en cuatro años que entra agua en casa"

El temporal en el Montsià ha causado daños materiales en viviendas, infraestructuras y negocios. En la urbanización Serramar de Alcanar, uno de los barrancos que pasa junto a ella arrastró piedras, barro y agua hacia propiedades privadas. Javier Costa, vecino de la zona, ha explicado a la ACN que "es la tercera vez en cuatro años" que el agua entra en su casa. Su chalet se encuentra en el límite entre la urbanización y un campo de olivos que recoge mucha agua cuando llueve con intensidad. El muro exterior resistió, pero la puerta de hierro quedó deformada y también sufrieron destrozos en buena parte del jardín y en algunos objetos del interior. Explica que cuando el agua superó el metro de altura, se trasladó a la planta de arriba. "Había un riesgo importante", asegura.

Costa recibió la alerta en su móvil por la tarde y reconoce que pensaron "que no sería tan grave como ha sido". Sin embargo, relata que al cabo de diez minutos empezó a llover sin parar, se quedaron sin luz "y todo comenzó a inundarse". Afirma que la noche fue "algo delicada".

Este vecino lamenta que cuando hay lluvias de esta magnitud, el barranco se desborda y ellos son "los primeros en recibir toda su fuerza". "Poco podemos hacer", afirma, y plantea la posibilidad de construir "un muro o algo" para evitar que la situación se repita. "Estamos un poco preocupados", insiste.

Afectaciones en el barranco de Aljub y en el camping dels Alfacs

En el barranco de Aljub, en el límite entre Alcanar y la Ràpita, las piedras y escombros bloquearon el paso subterráneo por el que el agua evacúa hacia la playa del Suís, lo que provocó que el agua pasara por encima de la antigua carretera nacional (N-340a). En medio de la calzada quedó un árbol, y la maquinaria trabaja para reparar los desperfectos y reabrir ambos carriles, ya que este lunes por la mañana se está dando paso alternativo. Además, la valla que separa la acera del barranco ha quedado completamente arrancada.

Un poco más al sur, en el camping dels Alfacs, el muro que lo separa de la N-340a cedió en más de 20 metros. La fuerza del agua incluso derribó la valla protectora de la carretera. Dentro del recinto, árboles caídos, escombros y daños en los bungalows.