Dana Alice
"El agua rugía como un monstruo". Vecinos de Roquetes siguen aislados por los caminos destrozados
El Ayuntamiento se ha apresurado a reestablecer la normalidad en algunos caminos como en el del Galatxo

Nicholas Johnson señala por donde pasó el agua, al lado de su casa en Roquetes
Casi 48 horas después del paso de la dana Alice del pasado domingo, algunos vecinos siguen aislados en sus casas porque los caminos destrozados por el agua los han dejado incomunicados. Sucede en Roquetes, donde algunas zonas siguen inundadas, como el camí de Sant Francesc o donde ya se está restableciendo la normalidad, como en el camí del Galatxo, gracias a los trabajos de la maquinaria dirigida desde el Ajuntament.
En el camí del Galatxo bajaron dos barrancos con intensa fuerza, el del Galatxo y el del Clot de l'Olivera. El agua comenzó a bajar poco a poco pero después alcanzó un nivel nunca visto. "Tan tan grave no lo había visto nunca. Por suerte sólo me ha afectado el camino de la entrada que lo tenía asfaltado", relata Josep, vecino del Camí del Galatxo. Josep todavía no ha probado a salir de casa desde el domingo, porque ve la tierra un poco húmeda. "Doy las gracias al Ayuntamiento porque han venido esta mañana a arreglar el camino para que podamos salir", detalla.
Otro vecino lleva 20 años viviendo en el camí del Galatxo y relata cómo la lluvia torrencial y la riada del domingo lo dejaron aislado, sin internet y con el miedo de perder su casa. Es Nicholas Johnson, que vive solo desde que su padre falleció en junio, acompañado por sus gatos, que por suerte están a salvo.
"El agua rugía como un monstruo. Podía escuchar las rocas bajar con el agua, eran enormes. El sonido era brutal”, dice mientras señala el espacio afectado y el muro de su casa. “El agua llegó hasta allí. Fue una locura, no lo había visto nunca así".
La tormenta golpeó con fuerza la zona provocando cortes de comunicación. “Nos quedamos sin internet durante dos horas, desde las ocho hasta las diez de la noche. Por suerte, la luz no se fue”, explica Johnson.
El vecino inglés relata que en 2012 hubo una barrancada también muy fuerte en la zona. El lunes, los equipos municipales ya consiguieron despejar parte del camino. “Ayer ya pude salir por el otro lado. Por fin vi gente”, dice con una sonrisa cansada.