El Ebre vacuna más rápido que el Camp de Tarragona

Las comarcas del sur tienen más personas de 80 años y trabajadores esenciales con dosis. Deltebre y el barrio de Sant Salvador son los que más inoculan. Calafell y El Vendrell, a la cola

06 abril 2021 11:20 | Actualizado a 06 abril 2021 15:20
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En el casal de Hort de Cruells de Roquetes; en Maset, en Sant Carles de la Ràpita; en L’Aldea o en Amposta. Son cuatro de los seis puntos de las Terres de l’Ebre donde la vacunación no ha parado durante Semana Santa. La inmunización ha dado un acelerón para intentar contener la cuarta ola pero sigue afrontando problemas como la escasez de dosis o la distribución desigual según el territorio. En ese sentido, la provincia de Tarragona alberga diferencias notorias. Después de algo más de tres meses de inyecciones, las Terres de l’Ebre, con mucha menos población, van más rápido que el Camp de Tarragona en esa carrera exprés por alcanzar al 70% de la población que franquee las puertas de la protección de rebaño. La batalla comarcal contra la Covid-19 está también llena de contrastes. El 16,6% de población total que ha recibido una dosis en la Ribera d’Ebre se opone al 8,3% del Baix Penedès, la comarca más rezagada de Catalunya. Más allá de eso, las principales comarcas tarraconenses se mueven en horquillas parecidas. El Tarragonès y el Baix Camp, las más pobladas, están en un 12% y en un 13% de cobertura de primera dosis, y en un 5% de la pauta completa, lo que acaba otorgando la inmunidad frente al SARS-CoV-2.

Los más aplicados

Pero las diferencias se encuentran incluso si se desciende a nivel de área básica de salud. La que mejor está haciendo los deberes es la zona de Sant Salvador, en Tarragona capital, con un 61% de la población de más de 75 años vacunada. Hay que tener en cuenta que el área incluye también Els Pallaresos y, por tanto, la residencia Nostrallar que, como el resto de geriátricos, ha conseguido una alta tasa de inmunización. En cualquier caso, el área básica de Sant Salvador supera en más de 15 puntos la media catalana (45%). La siguiente en ese ranking provincial es Deltebre (Baix Ebre) con un 57% de ese censo prioritario que ha recibido el pinchazo contra la Covid-19. La tercera plaza es para La Granja-Torreforta, el área básica de los barrios tarraconenses de Ponent que cubre a un nutrido grupo de población: ahí se ha vacunado al 56% de los que tienen más de 75 años, según los datos oficiales del Departament de Salut. A continuación, el Barri Fortuny de Reus, Cambrils o Tortosa también forman parte del grupo de cabeza, que parece estar pinchando más rápido que los demás.

En el otro extremo, hay áreas básicas marcadas por una mayor lentitud a la hora de inocular las dosis. En ese sentido, el área básica de Calafell es la peor de Catalunya en vacunación de más de 75 años. Solo alcanza el 12,7%, 33 puntos por debajo de la media.

El CAP Muralles y el CAP Jaume I tienen porcentajes por debajo de la media catalana

El Vendrell es la cuarta con peor dinámica, con un 20,4%, lo que explica, en conjunto, que el Baix Penedès tenga los peores datos y necesite progresar para acercarse al resto. El área básica de Baix Penedès interior también está en la zona baja, con un 23% de cobertura. A esa necesaria mejora podrá contribuir la instalación reciente de un punto masivo de vacunación en el pabellón Joan Ortoll de Calafell, centrado en dar cobertura al segmento de 60 a 65 años que se está pinchando con la fórmula de AstraZeneca. Vila-seca, con un 22%, acaba de completar estas zonas donde está costando más llegar a amplias capas de la población, al menos en lo que se refiere a los más vulnerables en función de la edad.

La Semana Santa concluye con un esprint de la vacunación a los mayores de 80 años, la gran asignatura pendiente de Catalunya, que hasta el momento había preferido dar prioridad a las residencias y al personal sanitario. Hace una semana, solo el 35% de los mayores de 80 estaban vacunados en la provincia. Ahora, siete días más tarde, ese porcentaje ha subido al 61,7%, pese a las últimas jornadas festivas.

Diferencias territoriales

En esa franja se hayan diferencias en función de las regiones. El Ebre alcanza al 67% de vacunados, siempre con la primera dosis como referencia, rozando casi siete de cada diez. En el Camp, pese al aumento, la proporción se queda en el 59%. En general, la cobertura de las comarcas ebrenses es mayor. Supera en tres puntos la cifra de inmunización global y también la de mayores de 16 años, que constituye la población diana a vacunar –de momento los menores de esa franja quedan excluidos–. En el Ebre hay más octogenarios vacunados en proporción, pero también trabajadores esenciales, personal y usuarios de residencias y de atención primaria. En cambio, en el Camp de Tarragona, el porcentaje de inmunizados de 60 a 65 años es ligeramente más elevado, igual que el de una parte de los empleados del ámbito sanitario y sociosanitario.

A nivel catalán, otras regiones menos pobladas como Alt Pirineu i Aran (un 15,2% de población vacunada respecto al total de hahabitantes) o Lleida (un 15,7%) se parecen más al caso de las Terres de l’Ebre (un 15%). Barcelona Ciutat, Catalunya Central o las regiones metropolitanas sur y norte están por debajo.

¿Y qué ocurre en las dos principales ciudades de la provincia? Las variaciones son también notables. En Tarragona hay seis áreas básicas por encima de la media catalana en dosis a los de más de 75 años. Con Sant Salvador a la cabeza, le sigue La Granja-Torreforta y después la zona del CAP Tàrraco –que incluye distritos como la Imperial, la Rambla Nova o la Avinguda Roma, entre otros–. Sant Pere i Sant Pau i Casc Antic también están por encima.

La zona de alcance de CAP Muralles y la del Jaume I son las dos que están por debajo de la estadística catalana. Esta última, con un porcentaje del 43%, queda lejos del 61% de Sant Salvador. En Reus hay, igualmente, diversidad. Sant Pere 2 y Barri Fortuny están por encima de la media catalana pero Llibertat, Horts de Miró y Sant Pere 1 se ubican por debajo, pero muy ligeramente.

Bajar la mortalidad

En cualquier caso, no será necesario llegar a ese ansiado 70% de la población para que la situación mejore claramente. «Una vez esté vacunada toda la población de riesgo y de más de 60 años, la mortalidad se reduce mucho más y hay una menor necesidad asistencial. Y eso, sin suponer los efectos beneficiosos, sobre los cuales tenemos cada vez más evidencias», sostienen investigadores del Grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos de la Politècnica de Catalunya (BIOCOM-SC), que monitorizan la pandemia. Estos científicos señalan a estudios que apuntan a que marcas como Moderna o Pfizer pueden bloquear tanto la infección como la enfermedad y, por lo tanto, no solo evitar los efectos graves sino batallar también contra la transmisión del virus.

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