Flix tiene las pensiones de jubilación más ricas y Capafonts las más pobres

Hay más de mil euros al mes de diferencia entre municipios de la provincia. En 80 pueblos la pensión media no llega a los mil euros. La industria deja buenas pagas y el mundo rural sufre

08 abril 2018 17:34 | Actualizado a 09 abril 2018 09:04
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Sólo en una visita al hogar del jubilado de Bonavista se atisba la diferencia. Allí hay pensiones holgadas y pudientes, que van más allá de los 1.300 euros. «No me puedo quejar. Yo no paso apuros para llegar a final de mes, aunque sé que la situación es compleja para muchos», cuenta un extrabajador de la industria química de Tarragona

Es un perfil muy habitual: inmigrante andaluz o extremeño de los años 70 en la capital, que llegó y se puso a trabajar en una factoría química, donde cobró bien y se acabó jubilando con una pensión más que digna. 

Pero cerca, incluso en la misma partida de cartas en la mesa, está el caso contrario: un pensionista que malvive con menos de 800 euros. Los autónomos son otros ejemplos de precariedad, así como los pescadores de toda la vida en lugares como el Serrallo. 

Pero la brecha de las pensiones va mucho más allá y es profunda en la provincia. En general se cumple una regla lógica: a peor sueldo, pensiones más exiguas cuando llega el retiro laboral.

Siguiendo esa norma, se puede trazar este mapa de la desigualdad del jubilado en la provincia, justo cuando las pensiones están en el ojo del huracán y han llevado a la calle a un colectivo puesto en rebeldía por las revalorizaciones mínimas de los últimos años.

Entre un municipio y otro puede haber diferencias de hasta 1.005 euros al mes. En algunas localidades se cobra tres veces más. 

¿Pero dónde están las mayores pensiones en la provincia? La más elevada se encuentra en Flix (Ribera d’Ebre) y se eleva hasta los 1.603 euros, según el Idescat, que tiene en cuenta la residencia del empleado, no la de la compañía para la que ha trabajado.

A pesar del entorno rural, es un municipio evidentemente marcado por la presencia industrial de Ercros durante décadas, lo que ha dejado cuantiosas pensiones en sus antiguos trabajadores. De ahí que la media salga tan abultada y el pueblo ebrense aparezca como el que tiene una pensión más alta. 

A continuación, figura L’Albiol (Baix Camp), con una media de 1.468 euros. También aparecen en esta zona alta de la tabla municipios eminentemente residenciales, formados por urbanizaciones de alto standing que suelen ser propiedad de jubilados con una buena situación económica.

Els Pallaresos (Tarragonès), en tercera posición con 1.456 euros al mes, es el ejemplo más sintomático: ciudadanos de Tarragona y alrededores con salarios altos pudieron permitirse en su día marcharse a residencias que exigían poder adquisitivo. L’Argentera o Almoster, en el Baix Camp, son otros ejemplos en esa línea.

Esta última población, además, destaca por estar entre las que presentan una renta per cápita más alta, junto a otras como Castellvell del Camp, La Secuita o Altafulla, que también sobresalen en cuanto a pensiones holgadas. 

También aparecen en estos primeros puestos dos municipios vinculados a instalaciones concretas fundamentales en el territorio: las centrales nucleares. Así, Ascó (1.374 euros) y Vandellòs i L’Hospitalet (1.345) figuran en las posiciones elevadas, destacadas como nichos de atracción industrial.

No siempre el mundo rural va asociado a pensiones pobres. Un ejemplo es Conesa (Conca de Barberà). Uno de los pueblos más pequeños de la provincia se cuela en el ‘top ten’.

La explicación es sencilla: jubilados censados allí han estado trabajando buena parte de su vida fuera del municipio, a veces en la industria, que es el sector que brinda los mejores salarios. Así, después de trabajar e incluso vivir en poblaciones más grandes como Tarragona, Barcelona o Igualada regresaron en la jubilación al lugar de origen. 

De los 179 pueblos con cifras desglosadas (el Idescat no ofrece datos de pensiones de jubilación para algunos municipios pequeños), en 80 de ellos (el 45%) la pensión media no llega a los 1.000 euros.

En el otro extremo, Capafonts (Baix Camp) es el núcleo que sale peor parado. No llega ni siquiera a los 600 euros y se queda en 598 euros, muy lejos de la media provincial, ubicada según esa misma estadística en los 1.132 euros. Benifallet, Caseres, Godall, La Vilella Alta o Mas de Barberans son otros pueblos con pensiones pobres. Todos responden a un patrón: municipios minúsculos del interior donde la agricultura y la ganadería han sido el principal mercado laboral. 

En cuanto a los municipios más importantes, Tarragona capital es el que registra una pensión más elevada, con 1.337 euros, algo en buena parte debido al potente tejido industrial que envuelve el municipio y, en definitiva, a que alberga también algunas de las empresas más importantes del territorio, lo que inevitablemente determina las rentas en los salarios y luego en las jubilaciones. Reus se queda en 1.147 euros. 

Vila-seca es la segunda gran ciudad con las pensiones más altas, superando a Cambrils y Salou en ese trío de enclaves de la Costa Daurada donde despunta el turismo y una industria próxima. Calafell y El Vendrell, en el Baix Penedès, superan a Tortosa y a Amposta, la ciudad con pensiones más reducidas de la provincia. 

La provincia es un territorio de enormes contrastes. El Tarragonès es la comarca con las pensiones más altas (1.268 euros), no sólo de la provincia sino de toda Catalunya. En el otro extremo, la Terra Alta es la comarca de Catalunya con una media menor, ubicada en 930 euros. Es, de nuevo, el abismo entre una zona fuertemente industrializada y costera y otra de interior donde predomina la agricultura y la ganadería.

Como excepción, destaca la Ribera d’Ebre, segunda comarca con más rentas elevadas. A ello contribuye el papel de Ascó y su nuclear, otro polo industrial indiscutible. 

Comentarios
Multimedia Diari