Ignacio Jiménez: «Los ports tienen potencial para ser un destino mundial»

Proyectan un destino turístico internacional como Yellowstone en el área de los Tres Reinos para mejorar y evitar la despoblación de sus pueblos

30 marzo 2020 09:20 | Actualizado a 01 abril 2020 10:57
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Ignacio Jiménez (Valencia, 1969) es licenciado en Biología y partió a Costa Rica en 1994. Desde ese año hasta el 2018 ha vivido y trabajado en Centroamérica, Sudamérica y África. Su principal tema de interés es la conservación de la naturaleza y cómo conectar ésta con las necesidades de las comunidades rurales y la sociedad en general.

¿Cómo nace el proyecto que lidera en el Maestrazgo-Ports?

Entre el año 2005 y el 18 trabajé para una fundación internacional en un proyecto muy ambicioso destinado a crear el mayor parque de Argentina en los Esteros de Iberá, restaurar hasta seis especies de fauna que se habían perdido de esa región y usar esto como una herramienta que generase nuevas fuentes de empleo y orgullo a las localidades vecinas, sumando a esto una rica cultura local. En esos años acuñamos el término «Producción de Naturaleza», el cual viene a decir que los parques u otros espacios naturales, cuando son bien manejados y albergan una fauna abundante se convierten en auténticos espectáculos y en motores de una nueva economía donde el sector terciario florece a partir de la llegada de visitantes. El sector primario puede generar mayores beneficios a partir de una marca reconocida, al mismo tiempo que se genera un aumento en autoestima, lo que hace que comunidades rurales vean su nivel de vida mejorado.

Y pensó en España.

Me planteé si esta experiencia podría aplicarse en Europa, e identifiqué España como el país con mejor potencial para la producción de naturaleza. Esto se debe a su combinación única de contar con mucha superficie bajo algún tipo de categoría de protección, la mejor fauna de Europa Occidental, una tremenda marca turística con más de 80 millones de visitantes y unas comunidades rurales con una urgente necesidad de crear nuevas alternativas frente a la pérdida su población. En ese proceso de búsqueda, la región compartida entre Catalunya, Aragón y Valencia pronto llamó mi atención por su enorme potencial para realizar producción de naturaleza a «la europea».

¿Qué valores tiene este territorio en particular?

Esta región, conocida también como de los Tres Reinos, cuenta con más de medio millón de hectáreas de paisajes de montaña escasamente poblados (unas 42.000 personas) que además cuentan con fuertes lazos culturales, donde destacan numerosos pueblos de gran belleza al mismo tiempo que el 58% del territorio forma parte de la Red Natura 2000 y cuenta con especies de fauna llamativas y abundantes como los buitres leonados y las cabras monteses. Me encontré con un área enorme donde sus pobladores necesitan nuevas opciones que les permita quedarse a vivir en sus pueblos y que contaba con todos los ingredientes para ser uno de los grandes destinos de naturaleza y cultura del mundo.

¿Hablan de un modelo como el de Yellowstone, en los Estados Unidos?

Cuando usamos a Yellowstone como ejemplo es porque la región es grande y cuenta con grandes valores naturales como aquella, lo que le permite «competir en primera» en el escenario global, no porque pensamos que la región deba convertirse en un «gran parque». Más bien vemos una región donde las áreas de producción tradicional (por ejemplo, la ganadería) y las de producción de naturaleza (como los parques naturales) pueden reforzarse mutuamente en un diálogo donde se fortalezcan. Más que en un parque nacional tipo Yellowstone, la región tiene el potencial para convertirse en la mezcla perfecta entre Yellowstone y el Camino de Santiago; en un destino netamente europeo.

¿Qué medidas se emprenderían para potenciar el turismo y los valores naturales para que repercutieran en la economía del lugar, y a la vez pudiese reducir la despoblación?

Lo primero que estamos haciendo es comunicar activamente los valores de la región, tanto naturales como culturales, a la vez que tratamos de romper la falsa dicotomía entre conservación y producción. La clave es que una audiencia global sepa que en este rincón de la Península Ibérica existe una región enorme y maravillosa que muy poca gente conoce y que deben visitar. Hace poco estuve mostrando esta área a un filántropo noruego y me dijo: «¡No sabía que había un lugar así en Europa!». Estamos hablando de promover orgullo e ilusión, que no es algo de lo que muchas comunidades del interior estén sobradas. Con esto logrado, se puede establecer una visión común para la región a partir de la cual los múltiples actores que tienen influencia sobre ella (los gobiernos regionales y el nacional, ayuntamientos, Unión Europea y los diferentes sectores productivos) comiencen a mover sus numerosos recursos en una misma dirección. Esto permitirá valorar lo que ya tenemos (bellos pueblos históricos y excelentes infraestructuras turísticas) y mejorar aquello donde tenemos más espacio para crecer (fauna, espacios protegidos y producción primaria de alta calidad que no dependa únicamente de las ayudas de la PAC).

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