Un total de 25 personas de localidades tarraconenses explican cómo es la vida en lugares de especial complejidad: la erosión emocional, el miedo a la enfermedad, la indignación con la gestión política, la preocupación por la situación en los centros sanitarios o la desesperación por haber perdido el trabajo son sentimientos que transitan por estos ciudadanos, en algunos casos trabajadores esenciales.
Son empresarios, autónomos, emprendedores, estudiantes, deportistas o desempleados de lugares como Tarragona, Reus, Sant Carles de la Ràpita, Mont-roig del Camp, Tortosa, El Vendrell, Prades o Valls.
«La situación ha sido y es difícil para todos, hemos sido sometidos a muchos cambios inesperados tanto en la vida privada como profesional y eso nos ha afectado. Personalmente puedo decir que he sido un «afortunado», ya que mi rutina no ha cambiado; por mi profesión no he parado en ningún momento, entonces no se me ha hecho tan duro como a los demás», dice este arrocero de Deltebre de 24 años.
«Opino que la situación está siendo mal gestionada a nivel estatal y que se nos está yendo de las manos. Necesitamos nuevas medidas urgentemente para poder solucionarlo. Creo que también se debería valorar y agradecer otros sectores, como la agricultura, ganadería, pesca, etc. Que hemos luchado y luchamos para que no falte la alimentación a pesar de la situación vivida».