La ganadería sufre por la caída de precios pese a ser un sector esencial

La Generalitat pide la retirada y congelación de mil toneladas de pollo para evitar el colapso del mercado

21 mayo 2020 18:20 | Actualizado a 24 mayo 2020 15:43
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Granjas, explotaciones ganaderas y mataderos han trabajado sin descanso para abastecer de carne a mercados y consumidores durante el estado de alarma, pero a pesar de ser una actividad esencial, la actual emergencia sanitaria ha agudizado la crisis de precios del sector.

Al inicio del confinamiento, a mediados de marzo, las familias hicieron un cierto acopio de alimentos frescos y procesados, pero el cierre durante más de dos meses de toda la restauración del país (y que ahora ha empezado a abrir sus puertas tímidamente) ha supuesto un frenazo importante para la demanda de algunas carnes, como las de vacuno o ovino, que han experimentado un descenso del consumo de hasta el 40 por ciento.

La Unión Europea, a instancias del gobierno español, ha tenido que establecer una medida de apoyo a estos sectores, concretamente, de almacenamiento privado de carne fresca o refrigerada de animales de la especie vacuna de ocho meses o más y otra para la carne de ovino y caprino, así como leche, quesos y mantequillas, entre otros productos derivados.

Esta ayuda está prevista en el reglamento europeo de organización común de mercados de los productos agrarios, que establece que en caso de que se produzca una perturbación de mercado como el actual, se pueda decidir la concesión de una ayuda para el almacenamiento privado de los productos, con la idea que una vez se supere esta crisis, puedan incorporarse de nuevo al mercado.

El Departament de Agricultura de la Generalitat también ha solicitado al Ministerio una medida similar para la carne de pollo: la retirada y congelación temporal de mil toneladas, para evitar la caída de precios.

Se teme que en el conjunto de Catalunya pueda haber una sobreproducción de carne de pollo que podría superar el 20 por ciento de la producción actual, colapsando el mercado.

La Generalitat cree que estas toneladas de carne podrían recuperarse en el futuro cuando el mercado se estabilice, de forma que de su coste, estimado inicialmente en unos 2,25 millones de euros, se recuperaría casi la mitad.

De momento, todavía no ha habido respuesta del Ministerio de Agricultura, según detallan al Diari fuentes del Govern.

Entre los motivos de la crisis está también el hecho que actualmente los mataderos no pueden trabajar al cien por cien de su capacidad, atendiendo a los condicionantes de trabajo por la alarma sanitaria del coronavirus y la necesidad de mayores distancias entre trabajadores.

Esto está provocando una saturación de las granjas, donde los animales superan los pesos comerciales y después no pueden entrar a la línea de matanza. Al mismo tiempo, este sector vive en los meses de primavera y verano su punto más álgido de demanda gracias al incremento que suponen las actividades de la hoteleria, la restauración y el turismo, cosa que este año no se producirá en igual medida.

Si bien el consumo de carne de ave a los hogares puede mantener un cierto nivel estable puesto que es una proteína asequible económicamente, el consumo familiar no absorbe toda la producción que se genera en los ciclos productivos, que se planifican con mucha antelación y tienen en cuenta, por ejemplo, el consumo generado por los millones de turistas que visitan nuestro país durante el verano.

En el territorio, el sector avícola representa un porcentaje muy significativo de la producción final ganadera y de este sector viven muchos productores y un gran número de empresas que están relacionadas y que se podrían ver gravemente afectadas por esta situación, según ha alertado el Departament d’Agricultura.

En efecto, la situación actual ya ha pasado factura a algunas empresas, como es el caso de granjas Crusvi de Riudoms, que según ha podido saber el Diari está pasando por serias dificultades y ha tenido que cerrar parte de su actividad.

Bioseguridad

Los granjeros del territorio explican que, pese a todo, han trabajado y siguen trabajando sin descanso para sacar adelante sus explotaciones. Carlos Sanz, coordinador de Unió de Pagesos en el Baix Ebre y propietario de granjas de pollos, comenta que su trabajo actual es prácticamente el mismo que antes del estallido de la crisis del coronavirus. «Desde hace años, cuando irrumpió la gripe aviar, que ya nos ceñimos a unos protocolos de bioseguridad muy estrictos, por lo que respecta a limpiezas, desinfecciones, indumentaria, controles, etc», comenta este granjero con explotaciones de engorde de pollos en Els Reguers (Tortosa).

Donde sí que ha habido cambios ha sido en los mataderos y empresas transformadoras, que como otros muchos sectores han tenido que adaptar sus cadenas de producción al distanciamiento social y otras medidas de prevención ante la amenaza del coronavirus;lo que ha obligado a reorganizar turnos de trabajo y toda la cadena de producción y distribución.

Cadena alimentaria

Como suele ocurrir, el desplome de precios afecta a los productores, pero no se ve reflejado en el lo que pagan los consumidores en el supermercado. «Para los granjeros, como para los agricultores, resultaría básica que se cumpliera la ley de la cadena alimentaria», según defiende Sanz.

Pero el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, considera que el comportamiento de «todos» los eslabones de la cadena alimentaria durante el estado de alarma activado por la pandemia del coronavirus «ha sido ejemplar», al haber sido capaz de proveer los alimentos necesarios, según ha detallado en una comparecencia esta semana en el Senado.

Venta directa

Como ha sucedido también en la agricultura, una de las formas más eficaces de obtener un precio digno para la producción es la venta directa, ya sea de proximidad o a través de internet. En este sentido, Sanz destaca el éxito de la plataforma creada durante el estado de alarma por Unió de Pagesos, ‘La pagesia a casa’, desde donde productores locales han podido dar salida y vender a un precio digno especialmente carne de vacuno y cordero.

Con la vuelta progresiva a la normalidad y la reapertura de muchos restaurantes y hoteles, el sector espera recuperar también una parcela importante de mercado que había quedado bloqueada temporalmente.

«Esperemos que con esta crisis ya haya quedado claro para la Unión Europea, para los países y para todas las administraciones, la importancia de tener un sector primario potente, capaz de generar la mayoría de alimentos que requiere la sociedad», comenta Sanz.

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