Liberación en blanco y negro

Fotografía. Xènia Ciuraneta plasma las (im)perfecciones del cuerpo de la mujer para defender que son reales

14 abril 2020 06:40 | Actualizado a 14 abril 2020 10:03
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Cicatrices, abdómenes con estrías, vello… Diferentes mujeres, cuerpos y edades forman parte del proyecto fotográfico Les (im)perfeccions del cos de la dona, de Xènia Ciuraneta (Flix, 1995). «Cada día nos bombardean con imágenes que nos recuerdan cómo debemos ser y nos esconden como somos realmente. Nos hacen creer que nuestras imperfecciones son casos aislados y no aceptados, dando lugar a una violencia estructural». Con estas palabras la autora declara la voluntad de «mostrar todo aquello que no se ve normalmente» y su disconformidad con «quienes quieren hacernos creer que no encajamos en el canon de belleza».

La inspiración surgió mientras Xènia estudiaba Comunicación Audiovisual en la Universitat Rovira i Virgili (URV). «En cuarto curso, en una asignatura optativa, nos pidieron que hiciéramos un portafolio y el tema que yo escogí fue las imperfecciones del cuerpo de la mujer», recuerda la autora. Para resaltar «la realidad de muchas de nosotras y reivindicar que somos libres de ser quien y como queramos ser», Xènia se decantó por la fotografía en blanco y negro y de forma cuadrada. «Las imágenes hacen referencia a partes del cuerpo que la sociedad esconde y priva de libertad. Quieren simbolizar todo aquello que está encerrado, excluido y fuera de la común», asegura la joven.

Además, el hecho de retratar a estas mujeres en blanco y negro –explica la fotógrafa– «me ha permitido jugar con la luz y he intentado que fuese dura para dar más importancia a aquello que quería mostrar en cada imagen y recalcar cada parte del cuerpo». Para Xènia Ciuraneta, que actualmente trabaja en el departamento comercial de Canal Reus realizado spots, «el color es aquello que podemos ver y el blanco y negro aquello que escondemos».

La primera vez que Xènia mostró sus fotografías fue en Flix, a finales del año pasado, con el objetivo de «poder aumentar el proyecto con la incorporación de nuevas imágenes de mujeres diferentes, a partir de las exposiciones que realice». La autora quiere que «todas las mujeres se puedan sentir identificadas de alguna manera a través de la fotografía» y añade que «después de exponer en Flix, uno de los comentarios que una mujer me hizo es que echaba en falta imágenes más reales. Lo que me dijo me empujó a buscar fotografías más reales y menos superficiales».

Las primeras mujeres que ‘desnudó’ ante el objetivo de su cámara fueron personas cercanas. «Opté por gente de mi entorno porque, tratándose de fotografías tan íntimas, era difícil que mujeres que no me conocían se pudiesen abrir de esta manera delante mí», afirma Xènia. Y tras mostrar sus primeras imágenes en Flix, explica que «me ayudó a que mujeres que en un primer momento fueron reticentes, me dijeran que querían participar en el proyecto y gracias a ello he podido aumentar la exposición, con un total de 20 fotografías».

De las primeras imágenes hasta las actuales, Xènia Ciuraneta asegura que «mujeres que eran menos receptivas a las fotografías de personas desnudas, han visto que se trata de un proyecto artístico». Como ejemplo, recuerda el caso de una chica cuya «abuela tuvo cáncer de pecho y pude hacer una foto de las tres generaciones, ya que la madre de la joven también quiso participar». La fotógrafa se trasladó al hogar de cada una de las mujeres «para que se sintieran en un lugar seguro y en una zona de confort y que no fuese incómodo para ellas». La autora de Les (im)perfeccions del cos de la dona defiende que «seamos como seamos, quiero recordar que nosotras también somos (im)perfectas».

El interés por mostrar las dificultades que afrontan las mujeres en el día a día también ha hecho que Xènia sea la autora del audiovisual La lluita de ser dona. «No hay diálogos y quise plasmar mujeres de diferentes edades y empleos mientras trabajaban, desde una camarera hasta una directiva de la Generalitat, es decir, dar voz a todas las mujeres trabajadoras», explica la autora. La misma reconoce que «con el proyecto, me di cuenta de que encontrar a una mujer que ocupe un alto cargo es difícil».

La decisión de prescindir de diálogos fue –según palabras de Xènia– «para evitar que las protagonistas actuasen, es decir, quería mostrarlas trabajando de una manera natural y real». Sobre el camino que ha iniciado alrededor de la defensa de la imagen y el trabajo de las mujeres, la joven de Flix confía en seguir esta trayectoria con proyectos relacionados con el séptimo arte. «Hace años que tengo claro que la visualización de la mujer estará en todos mis trabajos, porque es una lucha muy necesaria para romper el techo de cristal que nos imponen», concluye Xènia Ciuraneta.

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