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La situación en las Terres de l’Ebre se sigue complicando a cada día que pasa. A juzgar por los datos oficiales de Salut, los principales indicadores muestran un descontrol del virus. La velocidad de propagación (Rt) es de 1,83 –por encima de 1 quiere decir que el patógeno está creciendo– y es la más alta de las nueve regiones sanitarias que analiza Salut. Eso quiere decir que cada positivo en ese territorio contagia casi a dos personas, una proporción alarmante, en la medida en que se acerca a la proliferación del virus que tuvo lugar al inicio de la pandemia, cuando cada enfermo infectaba, de media, a tres personas.
Otra cifra preocupante responde a la positividad: el 9% de las PCR que se realizan en el Ebre dan positivo, un mal dato, puesto que la OMS establece que para estar controlando las cadenas de contagio el número de pruebas positivas no puede superar el 5%. El riesgo de rebrote no deja de crecer y ayer se situó en 468,66, también el más alto de Catalunya. La situación epidemiológica comenzó a complicarse en territorio ebrense a partir de mediados del mes pasado, después de unas semanas de relativa calma, habitando en el riesgo moderado. Las Terres de l’Ebre sumaron 47 nuevos contagios en las últimas 24 horas para un total de positivos desde el inicio de la pandemia de 1.758.
Tortosa sigue descontrolada y sigue siendo la ciudad de Catalunya superior a los 20.000 habitantes con más riesgo de rebrote. El índice en la capital del Baix Ebre ya supera los 1.700 puntos y tiene una velocidad de transmisión de 2,41. La situación no es mucho mejor en la otra gran ciudad ebrense, Amposta, con un riesgo de rebrote de 566,94 –que supera con creces la media catalana de 182,72– y una tasa de crecimiento de 2,08, duplicando el dato catalán de 0,99, que muestra un cierto control del SARS-CoV-2 a nivel global.
En el Ebre influye el brote generado en la empresa Padesa, de Roquetes, con más de 230 positivos, repartidos entre la misma Roquetes, Tortosa, Amposta y otros municipios por los que se ha diseminado la infección, por lo que desde la Generalitat han decidido realizar acciones de cribado. Desde hoy mismo, unos 7.000 alumnos, profesores y trabajadores de todos los centros educativos de Tortosa serán llamados a participar en una criba masiva para detectar casos asintomáticos y cortar las cadenas de transmisión de Covid-19 a raíz del brote en Padesa. La criba empezará hoy y afectará a la comunidad educativa de 14 escuelas, institutos y centros de formación de adultos, así como dos guarderías.
Bastante más benévola y estable es la situación en el Camp de Tarragona. La región sigue en riesgo alto, aunque con una Rt inferior a 1 –es de 0,95– y una tasa de positividad que se acerca al 5% –ahora es de 5,51%–, índices para el optimismo y que muestran que el virus, pese a todas las dificultades, está en vías de control. El riesgo de rebrote es de 127,46, teniendo en cuenta que más de 100 supone una amenaza alta. En cuanto a cifras absolutas, el Camp sumó en las últimas 24 horas 112 contagios más, mientras que fue un mal día por la pérdida de vidas. En el Camp de Tarragona hubo cuatro muertes. Ese acumulado de 433 fallecidos por Covid-19, junto a los 65 del Ebre, hacen que el total de defunciones en la provincia sea de 498, acercándose a ese umbral psicológico de las 500 que ilustra la virulencia de este virus.
Por ciudades, solo dos de los principales núcleos de la provincia se salvan del riesgo alto. Son El Vendrell y Valls, con tasas inferiores a 100. Tarragona (141,64), Reus (214,14), Cambrils (172,83) y Salou (149,10) muestran lo complicado que es hacer bajar la curva de contagios.
