Los yihadistas pudieron fabricar 150 kilos de 'madre de Satán'

Los Mossos investigan dónde compraron 500 litros de acetona los días 1 y 2 de agosto. La Policía Nacional analiza si la célula tenía conexiones en Francia, Bélgica y Marruecos

25 agosto 2017 10:20 | Actualizado a 25 agosto 2017 10:23
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Los terroristas de los atentados Barcelona y Cambrils podrían haber fabricado en el chalet de Alcanar entre 100 y 150 kilos de explosivo TATP con los 500 litros de acetona que habían adquirido, según los expertos, que advierten que al tratarse de un material altamente sensible se suele elaborar en pequeñas cantidades.

Para elaborar ‘la madre de Satán’ o TATP, el explosivo que usa el Estado Islámico en sus atentados en Europa, se necesitan tres productos accesibles: un ácido fuerte como el sulfúrico, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) y acetona, según han explicado fuentes militares y policiales.

«Fabricarlo es fácil, vas a una droguería y compras lo que hace falta», resumen las fuentes, para añadir que su elaboración es luego mucho más complicada, ya que se trata de un explosivo altamente inestable y muy sensible al calor o a fricciones. Además, durante el proceso de manipulación tiene que estar a una temperatura baja y muy estable, ya que de lo contrario estalla, como ocurrió en Alcanar.

El imán recibió un curso rápido por internet de fabricación de explosivos

La ‘madre de Satán’ puede ser polvo seco o gel, aunque es en el primer formato cuando tiene más potencia y, al mismo tiempo, más facilidad para estallar. En el caso de los atentados de Barcelona y Cambrils, los yihadistas se disponían a usar el explosivo seco, según se desprende de la declaración del único superviviente de Alcanar, que detalló a los Mossos que estaban esperando a que se secase para cargar las furgonetas y atentar en monumentos de Barcelona como la Sagrada Família.

Según los expertos, una vez hechas las mezclas, la última fase de la elaboración es el secado, que tarda de 24 a 48 horas, tras lo que el explosivo se debe usar en las siguientes semanas, puesto que se evapora y desaparece.

El TATP lo usan habitualmente los yihadistas del Estado Islámico para llenar los cinturones de explosivos (en Alcanar se encontró uno auténtico) y se suele meter en papel de horno o celofán, o bien en tubos, donde se vierte el polvo y se compacta con mucho cuidado. «Cualquiera no sirve» para hacerlo, indicaron las fuentes, y hay que tener experiencia en manejo de explosivos.

Si los mencionados materiales para fabricar TATP son relativamente fáciles de obtener, no lo son los detonadores, un elemento clave que acciona la bomba y que son de dos tipos: eléctricos, que funcionan con corriente, y pirotécnicos, dotados de una mecha.

El detonador no es fácil de fabricar de forma casera, y en otros atentados yihadistas en Europa fueron robados de canteras o de instalaciones militares. En esta ocasión, no se han encontrado. Sí se han hallado pulsadores, que se colocan entre el detonador y la batería y que vendrían a ser como el interruptor de la bomba.

En la casa de Alcanar se encontraron más de un centenar de bombonas de butano, algunas llenas y otras vacías, que los terroristas podrían haber usado de dos maneras. Las llenas se pueden colocar junto al TATP para que exploten «por simpatía», lo que multiplica el efecto de las bombas y crea una bola de fuego letal. Las vacías se pueden cortar para usarlas como contenedores para el explosivo.

Tickets de compra
En la segunda fase de la investigación que lleva a cabo el juez de la Audiencia Nacional, hay dos líneas de trabajo. La primera está relacionada con los explosivos, y una de las hipótesis es que fuera el imán de Ripoll quien instruyera a los miembros de la célula en su uso. Al parecer, recibió un curso rápido a partir de los manuales de instrucción del Estado Islámico por internet. En este punto se analizarán los resguardos de compra hallados, algunos de ellos casi calcinados, en la masía de Riudecanyes que sirvió de guarida para la célula. Dichos tickets revelan la compra, los días 1 y 2 de agosto, de los 500 litros de acetona.

A dónde y para qué
El juez Andreu también ha ordenado indagar las posibles conexiones que la célula desarticulada tuvo en Francia, Bélgica y Marruecos, para lo que la Fiscalía de la Audiencia Nacional ya prepara las comisiones rogatorias. Será la Policía Nacional y no los Mossos quien se haga cargo de las pesquisas dada su competencia internacional. Hasta ahora la Fiscalía parisina ha confirmado que el imán de Ripoll y otros dos terroristas muertos estuvieron en la capital el 11 y 12 de agosto. Asimismo, los agentes tratarán de reconstruir los tres meses que Abdelbaki Es Satty pasó en Vilvoorde, en la periferia de Bruselas entre enero y marzo de 2016, donde no le dejaron ejercer como imán. Del mismo modo se investigarán los viajes de éste a Marruecos, donde residía su familia en una aldea al norte cerca de Chefchaouen.

Los Mossos confirmaron ayer que Yousseff Aallaa es el segundo yihadista muerto en la explosión del chalé de Alcanar. Youssef es hermano de Said Aalla, que participó en el atentado de Cambrils, y de Mohamed Aalla, dueño del Audi A3 con el que atentaron pero que se encuentra en libertad provisional porque los indicios que pesan sobre él «no son lo suficientemente sólidos».

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