Agentes de la Guardia Civil del Seprona de Tarragona, en coordinación y colaboración con la Generalitat, detectaron 11.300 kilos de mejillones de origen griego, que daban apariencia de ser mejillones del Delta de l'Ebre, en las instalaciones de una depuradora y almacén de moluscos bivalvos.
Los mejillones se comercializaban de manera fraudulenta, aparentando proceder de la acuicultura del Delta, cuando en realidad habían sido importados de Grecia, por tener un valor allí mucho más económico.
Para ello y a efectos de aparentar su autenticidad, los presuntos infractores, adornaban los distintos lotes intervenidos con el etiquetado característico del mejillón del Delta de l'Ebre.
En el momento de la inspección y como medida cautelar, se inmovilizó el producto, quedando a la espera de subsanar las deficiencias en el etiquetado, hasta el día siguiente de los hechos, cuando serían supervisadas por la Inspecció de Salut de la Generalitat, para que una vez corregida la información de las etiquetas, darle salida comercial al producto.
A pesar de lo anterior, la empresa denunciada, quebrantó dicha medida de inmovilización del producto, ya que los introdujo en el circuito comercial, sin esperar la supervisión del Departament.
En relación al etiquetado fraudulento, la Agència Catalana de Salut Pública, ha trasladado la denuncia al Departament de Consum, para que actúe en base a la normativa de calidad alimentaria por fraude al consumidor y sobre el quebrantamiento de la medida cautelar de inmovilización del producto, se aplicará la normativa de pesca a través del Departament d'Agricultura de la Generalitat, pudiendo constituir los hechos, una falta considerada muy grave.