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«Fue un gesto extremadamente generoso del que estamos extremadamente agradecidos». Con estas palabras acaba la carta de una pareja suiza de 85 y 74 años de edad a un grupo de Mossos d'Esquadra de la comisaría de Tortosa.
La misiva es un agradecimiento sincero a la ayuda y el dinero que les prestaron para poder llegar a su destino: Estepona (Málaga), después de sufrir un robo de todas sus pertenencias en la autopista AP-7.
Todo ocurrió el 3 de marzo, cuando esta pareja de ciudadanos de Dinamarca y Singapur, viajaban desde Suiza, donde residen, hasta el sur de España, donde iban a pasar unos días. Durante el trayecto en coche decidieron hacer una parada para descansar en el área de servicio de la autopista en el Baix Ebre (Tortosa).
Allí estaban reponiendo fuerzas en una zona de césped cuando un hombre se los acercó y les dijo que tenía una rueda del coche pinchada. La pareja de ancianos, confiada, le acompañó y al ir a comprobarlo, los ladrones aprovecharon para llevarse todas las bolsas del interior del coche: la documentación personal, el dinero y las tarjetas de crédito.
Todavía bajo el shock del robo, las víctimas del robo interpusieron denuncia a la comisaría de Tortosa.
El pasado 3 de marzo era sábado. Y aquella tarde negra no pudieron gestionar nada con el consulado o sus bancos. «Estaban muy afectados, no tenían ni documentación ni dinero, y les quedaban todavía 900 kilómetros de viaje hasta Estepona, con muy poca gasolina en el coche», recuerdan Letícia y Víctor, dos de los agentes que estaban ese día de guardia en la comisaría de Tortosa.
Con Mercè, Josep Miquel, Josep T. y Josep D., todos ellos agentes de seguridad ciudadana, ámbito rural y la oficina de atención al ciudadano, no dudaron en echarles una mano y recoger todo el dinero en metálico que pudieron, un total de 285 euros.
Con ese dinero, los ancianos pudieron llenar el depósito del coche, comprar algo de comer y llegar a su destino con una parada intermedia en Sagunt.
Los agentes se pusieron en contacto con dos hoteles para que la pareja pudiera hacer noche a pesar de no disponer de la preceptiva documentación personal.
Dos días después, ya en Estepona, el hombre hizo una transferencia bancaria para devolver a los agentes el dinero prestado y enviarles la primera de varias cartas de agradecimiento, por el hecho de haber ido más allá de sus funciones policiales y darlos una ayuda que para ellos fue vital en unos momentos de angustia y desconcierto, en un país extranjero.
«A pesar de la mala experiencia, nos llevamos la calidez y la generosidad de su cuerpo policial», remarcan en una de sus cartas a los agentes. Estos, por su parte, han explicado al Diari que no esperaban estas muestras de gratitud. «Viendo la situación en que estaban no podíamos hacer otra cosa que ayudarles en todo el que pudimos», concluyen.
