Se derrumban dos casas en Tortosa y desalojan a 23 vecinos

Los edificios, en mal estado, estaban deshabitados y no hay víctimas mortales ni heridos. El ayuntamiento ya había hecho un requerimiento a los propietarios para que se actuase

15 octubre 2018 08:57 | Actualizado a 15 octubre 2018 09:03
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Dos casas deshabitadas se derrumbaron ayer por la tarde en la calle Moncada de Tortosa, en el casco antiguo. Como consecuencia del sinistro, 23 vecinos han sido desalojados como medida de prevención. Las primeras informaciones apuntaban a que debajo de los escombros había un turismo con ocupantes, aunque finalmente se descartó y no hay víctimas ni heridos.

Los hechos sucedieron alrededor de las 19.45 horas, en una tarde que fue muy lluviosa y ventosa en la capital del Baix Ebre. Dos pequeñas casa de cuatro pisos, situadas en el número 33 y 35 de la calle Moncada de Tortosa, en pleno casco antiguo, se derrumbaron de golpe. Hacia el lugar se desplazaron efectivos de bomberos de varios parques de las Terres de l’Ebre, efectivos de la Policía Local y de los Mossos d’Esquadra, la Guardia Civil, así como ambulancias del Sistema d’Emergències Mèdiques. La calle se acordonó y se cortó al paso de vehículos y peatones.

Como medida preventida se desalojaron immediatamente a los vecinos de los edificios más próximos, de las casas de al lado y de enfrente. Todos los vecinos fueron a pasar la noche a casas de familiares y amigos excepto en un caso que fue realojado por los servicios sociales del ayuntamiento, según informó el mismo. 

La alcaldesa de Tortosa, Meritxell Roigé, explicó a pie de calle que todavía se está pendiente de hacer el íntegro desescombro para saber a ciencia cierta todo lo que ocurrió. «Justamente en estas dos casas el ayuntamiento ya había hecho un requerimiento a los propietarios para que se desalojasen y se actuase», declaró Roigé. «La prioridad immediata ha sido comprobar que no había víctimas y poder realojar a las familias afectadas». 

Por ahora no se puede afirmar si las casas colindantes también han sufrido daños por el derrumbamiento, aunque algunos vecinos afirmaban, mientras se apiñaban cerca de los vehículos de los cuerpos de seguredad y esperaban noticias de dónde pasar la noche, que también se había ido la luz. «Los arquitectos están haciendo una valoración, pero de momento creemos que no hay riesgo para los otros edificios», afirmó Roigé.

Uno de los vecinos afectados es Antonio Demetrio, que vive en la calle desde hace 7 años, y que detallaba que hacia las 19.45 horas estaba viendo la televisión cuando oyó un fuerte ruido. «Creía que era por la tormenta, me parecía como un tornado. Entonces comencé a oír gritos de una vecina que llamaba a sus familiares y gritaba por si les había pillado la ruina», detallaba en la calle afectada, mientras se hacía tarde y la lluvia no dejaba de caer. «Nos hemos asustado. Hemos llamado a la policía y hemos esperado en el patio. Después nos han sacado del edificio con mucha seguridad porque aún había peligro de más escombros. Hasta mañana no nos dirán cuándo podemos volver a casa. Esas casas estaban muy mal, estaban ya casi derruidas». 

También su compañera Francisca Moreno coincidió en el gran ruido que se escuchó. «Nos hemos quedado en el patio, nos hemos puesto un poco nerviosos porque nos pensábamos que el derrumbe había podido coger a alguien de la calle. Esas casas estaban muy mal. Ahora iremos a pasar la noche a casa de mi madre».  

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