Vacaciones con esencia mediterránea

Un camping es mucho más que una zona de recreo y descanso. Es un portal abierto a un mundo de experiencias, a un entorno natural y tranquilo. Es una «filosofía de vida», explica la propietaria del Camping Estanyet, en Les Cases d’Alcanar, y presidenta de la Confederación de Campings del Mediterráneo,  Àngels Ferré. 

Todo «un lujo» para aquellos que pasan el verano en un entorno  paradisiaco, sin masificación, con las mejores playas; y sin duda con una buena compañía. 

Dormir en este camping puede costar desde 60 euros diarios por alquilar una parcela hasta 130 euros por alojarse en un bungalow. Por lo que, si uno quiere relajarse durante una semana al lado de una playa virgen, pagará alrededor de unos 420 euros. 

A las 6 de la mañana, cuando aún no ha empezado a asomarse el sol, Ximo ya está de pie. Lo primero que hace es darse una vuelta por el camping con su patinete eléctrico para controlar que todo está en orden. Hay que ultimar todos los detalles «antes de que empiecen a despertarse» sus huéspedes, explica Ximo. Sólo se oye el cantar de los pájaros, y el sonido de las olas del mar. Él y su hermana regentan el camping desde hace 15 años. 

Hace 63 años, en 1956, Joaquín Ferré Segura, el padre de Ximo y Àngels, decidió comprar el terreno donde ahora se encuentra el camping, al Marqués de las Atayuelas. El Camping Estanyet debe su nombre a la playa de L’Estanyet, una de las más vírgenes del territorio. En ella aún se conservan dos búnquers de la Guerra Civil. Se encuentra a tan sólo unos metros de la playa del Marjal en Les Cases d’Alcanar (Montsià) y en las partidas de Camaril y Sól de Riu. 

Con más de 13.000 metros cuadrados, tiene capacidad para alojar a casi 300 personas. Factura unos 500.000 euros brutos anuales. Ahora está al 70% de la ocupación total. «En unos días estará completamente lleno», explica Ximo. 

Es difícil aburrirse. De lunes a viernes hay actividades de todo tipo. Desde juegos de piscina hasta baile moderno, actividades para niños, alquiler de bicicletas, kayak... «Creamos un destino turístico con personalidad propia y un nivel de calidad», explica Àngels mientras va enseñando cada rincón del camping. Los fines de semana hay baile, bingo y otras actividades. Ningún público se queda al margen.
El camping dispone de 96 parcelas en las que puedes traer tu tienda, tu caravana o autocaravana, tu coche y además tu mascota. Lo forman 24 bungalows, de 4,5 y 6 plazas. Todos ellos están acondicionados en su totalidad con cocina equipada y comedor, baño y dormitorios.

Àngels explica que «en el mes de agosto están muy solicitados». «Los bungalows más antiguos tienen tan sólo 15 años», comenta Ximo.
Ambos hablan varios idiomas. Y es normal porque cada año vienen turistas de diferentes nacionalidades. «Muchos de ellos son los nietos de aquellos que empezaron a venir hace décadas», dice Àngels. La mayoría de los turistas son alemanes, holandeses, franceses, belgas, ingleses y españoles.  

El camping se encuentra abierto durante 8 meses al año. Del 1 de marzo hasta el 8 de noviembre.  Desde Sant Joan hasta la Diada de Catalunya el perfil de turistas suelen ser familias con niños. Y desde septiembre hasta noviembre hay un perfil sénior, con alemanes, holandeses e ingleses.

Catorce trabajadores son lo que hacen que todo esté en orden y cuidado al detalle. Jardineros, monitores, camareros, socorristas, vigilante... Gracias a ellos, a día de hoy se lleva reconocimientos y está calificado como uno de los mejores campings abiertos al Mediterráneo. 

 Ferias y clubs
Cada año, el Camping Estanyet participa en la feria europea especializada Vakantiebeurs, que se celebra durante los primeros días del mes de enero en Utrecht (Países Bajos). El mercado europeo es uno de los principales focos de esta empresa familiar, que desde hace años pertenece a diversas asociaciones y clubs de ámbito europeo, entre ellos ACSI Eurocampings, ADAC y ANWB. 

Reconocimientos 
La Generalitat de Catalunya ha reconocido en dos ocasiones a este establecimiento como uno de los mejores de Catalunya. Además, en 1993 le concedió la medalla de Turisme a su fundador, Joaquín Ferré Segura.