Verónica Martínez: «Me gustan los rincones olvidados de la historia»

La alicantina presenta el viernes día 4 y el sábado día 5 su novela ‘El juramento de Tortosa’ ambientada en 1149, momento en que las tropas sarracenas asedian la ciudad para arrebatársela a los cristianos

03 septiembre 2020 11:35 | Actualizado a 03 septiembre 2020 18:28
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Verónica Martínez Amat (Petrer-Alicante, 1974) es licenciada en Filología inglesa y Máster en Investigación Histórica en Edad Moderna (siglos XV a XVIII). Ha publicado, entre otras obras El paso de los españoles, El secreto de Loarre y Mirada de Gato. Asimismo, junto a otros autores, una trilogía de género negro. Su último trabajo, El juramento de Tortosa. La leyenda de la Orden del Hacha, se sitúa en 1149 cuando, poco tiempo después de partir de Tortosa hacia Lleida el conde Ramon Berenguer IV, los andalusíes vuelven a la capital del Baix Ebre para intentar reconquistar la joya fluvial de manos cristianas, lo que da inicio a un largo asedio en el que las mujeres tienen mucho que decir.

La autora presenta el libro este viernes día 4 y el sábado día 5 en el Castillo de la Suda, fortaleza esencial en el relato, en dos sesiones, para mantener las medidas de seguridad por la Covid-19. Los actos se celebran en la Sala Polvorín esta tarde a las 19 horas y mañana, a las 11 horas. Información: tortosatemplaria@gmail.com

«Las mujeres cogieron las herramientas de casa, en su mayoría hachas, para estar en las murallas y simular que eran un ejército»

¿Por qué Tortosa?
Me gustan los rincones olvidados de la historia, dejados de lado o que se han obviado en los libros. En mis anteriores novelas, en su mayoría las que tengo históricas, también son rincones obviados. Buceando por internet encontré el tema de la Orden del Hacha, la orden de mujeres y me llamó mucho la atención porque era un hecho que desconocía completamente. Siempre se habla de los Templarios, los Hospitalarios, de la Orden de Santiago... Así que decidí investigar.  

¿Usted tiene alguna relación con la ciudad?
No más allá de la que he podido tener cuando he ido allí a documentarme. En este sentido, quiero darle las gracias a la Asociación cultural Tortosa Templaria porque se han volcado muchísimo desde que supieron de la existencia de la novela. Son ellos los que han organizado la presentación. Han hablado con los medios, con el Ayuntamiento y con el parador.  

«Quise hacer mujeres reales con sus virtudes y sus defectos, no superheroínas. Adscribí cada una a un pecado capital» 

Cuando habla de rincones, ¿son femeninos?
En este caso sí. En las otras novelas que tengo, no.

Usted se refiere a leyenda, pero ¿lo fue?
No hay documentos que atestigüen que los hechos sucedieron de esa forma. Sin embargo, han quedado vestigios. Por ejemplo, Cristòfol Despuig, que fue cronista de Tortosa en el siglo XVI, recuerda haber hablado con un sacerdote que había visto en casa de un familiar el escapulario, la capa que llevaban las mujeres con el hacha en rojo bordada detrás. Luego en la Catedral de Tortosa hay un hacha en el claustro y también está el tema de que las mujeres de Tortosa durante toda la historia han tenido privilegios que en otros lugares de España no los han tenido.

¿En qué consisten esos privilegios?
Lo que cuenta Despuig es que cuando se les concedieron, ellas podían sentarse a la derecha en las ceremonias, en las bodas. Normalmente era el hombre el que lo hacía. En los paseos por las calles con el novio y la familia podían ir delante, cuando siempre debían ir detrás. Y si el marido moría, se les permitía quedarse las joyas, cuando lo normal era que pasaran a los herederos. De igual manera, hace unos años, cuando se concedió a la mujer la separación de bienes, fueron las mujeres de Tortosa las primeras en tener ese derecho. Por lo que alguna cosa tiene que tener de verdad la leyenda.

Ese inicio de la novela tan duro, ¿existió?
En la bibliografía consultada leí que los hombres, viendo que la situación era desesperada, se reunieron en el Castillo de La Suda y decidieron matar a todo aquel que no pudiera empuñar el arma y salir a campo abierto a luchar. Lo que ocurre es que yo lo he adaptado. El juramento sí que es ficción.

«La Asociación cultural Tortosa Templaria se ha volcado muchísimo desde que supo de la existencia de la novela»

¿Por qué un hacha?
Porque las mujeres, al vestirse de soldados para estar en las murallas, para aparentar que eran el ejército de Ramon Berenguer IV que había vuelto desde Lleida para ayudarlos en el asedio, cogieron todas las herramientas que encontraron en casa y en su mayoría eran hachas. Con ellas podían hacer ruido al chocarlas entre sí de tal manera que simulaban que constituían todo un ejército de hombres que defendían la ciudad.

Que las mujeres sean combatientes todavía hoy es noticia. La prueba de ello son las guerrilleras kurdas. ¿Sabe de otras órdenes similares?
Sé que en la Orden de Templarios hubo mujeres y alguna incluso salió a luchar, pero no conozco muy bien la historia. Soy más de la Edad Moderna. 

El relato está sobre todo tejido por los personajes femeninos. Prya, Marina, Guiomar... ¿Existe alguna conexión entre ellas?
Precisamente una de las cosas que más me ha costado en la novela han sido los diálogos entre las mujeres para no perder la personalidad de cada una. Porque cada una es de una clase social, tiene un pasado y unas creencias. Quise hacer mujeres reales, que no fuera superheroínas. Mujeres reales con sus defectos y sus virtudes y lo que hice fue adscribir cada una de ellas a un pecado capital, algo de lo que muchas personas no se darán cuenta.

Curioso. ¿Y cómo quedan?
Pues por ejemplo, Marina es la soberbia; Guiomar, la envidia; Casilda es la lujuria; Prya es la ira y Margarida la pereza.

¿Qué destacaría de ellas?
Su espíritu de lucha. Porque a pesar de las vicisitudes de cada una de ellas, todas luchan por sobrevivir en un mundo de hombres y se rebelan contra el destino que les tienen reservado. Con su gesta consiguen que se les nombre miembros de la primera orden de armas de la historia integrada solo por mujeres. Y la novela también es una manera de reivindicar las gestas de las mujeres. 

También retrata la dificultad de los matrimonios mixtos en cuanto a confesiones religiosas.
Sí. Los matrimonios habitualmente eran de la misma confesión, de cara a la galería. Otra cosa es que después se tuvieran relaciones e incluso hijos con personas de otras religiones.

El río Ebre, entrada y salida de mercancías... Y de problemas.
También. Pero eran muy importantes las comisiones marítimas para el comercio. En definitiva, era lo que florecía la economía de una ciudad. 

¿Qué significó para la urbe la vuelta de los sarracenos?
Pues eso es precisamente lo que  no está documentado y la causa por la que yo lo he marcado como leyenda. Porque no hay documentos de que los sarracenos volvieran a intentar recuperarla. 

Escribe novela histórica y policiaca, dos géneros diametralmente opuestos...
Sí, la trilogía de género negro fue un experimento con otros autores. Escribir ficción contemporánea es más rápido y libre. Sin embargo, yo disfruto mucho de toda la parte de documentación que conlleva la novela histórica, aunque sea ardua. Para El juramento de Tortosa estuve dos años.

Estos días, visita obligada al castillo de la Suda.
Por supuesto porque el libro se presenta allí. La verdad es que no sé lo que quedará porque yo lo vi por fuera en las ocasiones en las que subí a la ciudad. Sí que tengo ganas de verlo. 

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