Así cambiarán los cajeros en España a partir del 28 de junio
Las entidades financieras deberán adaptarse a la nueva medida, recogida en el Real Decreto 193/2023

Una mujer saca dinero en un cajero automático, en una imagen de archivo.
A partir del 28 de junio de 2025, todas las entidades financieras en España estarán obligadas a adaptar sus cajeros automáticos conforme a la nueva legislación sobre accesibilidad bancaria. Esta medida, recogida en el Real Decreto 193/2023, tiene como objetivo garantizar que cualquier persona, independientemente de su condición física, sensorial o intelectual, pueda utilizar estos dispositivos sin enfrentar barreras. Se trata de un paso clave hacia una banca más inclusiva, que también facilitará el uso a personas mayores o con dificultades tecnológicas.
La normativa establece que todos los nuevos cajeros automáticos que se instalen deberán cumplir desde el primer momento con los requisitos de accesibilidad. Por su parte, los dispositivos ya existentes podrán seguir operando hasta alcanzar el final de su vida útil económica, con un máximo de diez años. Durante ese periodo, las entidades bancarias tendrán la obligación de informar a sus clientes sobre cuáles cajeros han sido adaptados y cuáles no, permitiendo a los usuarios elegir el punto de atención más adecuado.
Los cambios que deberán aplicarse son amplios y afectan tanto al diseño físico como a la experiencia digital. Entre ellos se incluye la ampliación del tamaño de la letra, ajustes automáticos del brillo de pantalla, iconos rediseñados y una interfaz más intuitiva. Además, será obligatorio que los cajeros cuenten con auriculares incorporados para audioguías y que dispongan de botones con relieve y una disposición ergonómica, lo que facilitará su uso especialmente a personas con discapacidad visual o movilidad reducida.
No se trata solo de mejoras técnicas. La ley también obliga a las entidades financieras a formar a su personal para que puedan ofrecer una atención adecuada a personas con diversidad funcional. Este enfoque integral busca asegurar no solo un acceso físico, sino también una experiencia más comprensiva y empática para todos los usuarios.
España cuenta actualmente con unos 47.000 cajeros automáticos, por lo que el proceso de adaptación será progresivo. Se estima que el coste por unidad para cumplir con la normativa oscila entre 1.500 y 3.000 euros, una inversión que, aunque significativa, es clave para construir un sistema financiero verdaderamente accesible. Aunque algunas de estas mejoras pasarán desapercibidas para los usuarios habituales, su impacto será muy notable para colectivos como el de las personas mayores, quienes con frecuencia tienen dificultades para leer pantallas pequeñas o seguir instrucciones complejas.
Esta transformación llega en un momento de cambio para el sector financiero. La fintech Revolut ha elegido España para lanzar su primera red de cajeros físicos a nivel mundial, con 50 unidades que se instalarán en ciudades como Barcelona y Madrid, lo que refuerza la tendencia hacia una renovación completa de la infraestructura bancaria tradicional.