Competencia por la eólica marina: Tarragona aspira a ser el gran centro industrial del Mediterráneo

La transición energética ha abierto una nueva carrera industrial en el Mediterráneo, y el Port de Tarragona no quiere quedarse atrás. En plena competencia con otros enclaves españoles como A Coruña y Castellón, el puerto tarraconense se postula como el gran polo logístico y de innovación de la energía eólica marina flotante, una tecnología clave para la descarbonización a nivel europeo.

Durante una jornada dedicada a analizar el potencial del sector, el presidente de la Autoritat Portuària de Tarragona (APT), Santiago J. Castellà, defendió la idoneidad del Port y del territorio para acoger esta nueva industria verde. Destacó la implicación del tejido empresarial, de los centros de investigación y de la sociedad civil, convencido de que el futuro pasa por aprovechar los recursos marinos.

“El desarrollo de la eólica flotante nos permitirá avanzar hacia los objetivos de país: alcanzar un gigavatio de potencia instalada en 2030 y lograr las cero emisiones en 2050”, explicó Castellà. Según el dirigente, el Mediterráneo, por su profundidad, solo puede acoger parques eólicos mediante tecnología flotante, “la única viable para aprovechar el recurso eólico marino en nuestras aguas”.

Tarragona, una opción con ventajas estratégicas

El responsable portuario enumeró los factores que colocan a Tarragona en una posición ventajosa: la proximidad al golfo de León, considerado el área con mayor recurso eólico del Mediterráneo; los calados y superficies de muelle suficientes para acoger operaciones de montaje a gran escala; y unas condiciones meteorológicas estables que permiten trabajar al aire libre la mayor parte del año.

Además, el Pla Director del Port contempla nuevas zonas de expansión de hasta 60 hectáreas destinadas a usos industriales y de almacenamiento especializado. A esto se sumará la futura Zona d'Activitats Logístiques (ZAL), que entrará en funcionamiento el próximo año y facilitará la implantación de empresas vinculadas al sector.

Castellà también destacó el potencial humano e industrial del territorio, con una mano de obra altamente cualificada derivada de la actividad petroquímica del Camp de Tarragona: “Tenemos músculo, experiencia y capacidad para trabajar con grandes estructuras y componentes industriales”.

Un ecosistema preparado para liderar

El presidente insistió en que Catalunya cuenta con una base sólida para liderar esta nueva industria: un potente ecosistema tecnológico, empresas con presencia internacional, formación especializada —como el nuevo máster en eólica flotante de la UPC— y un respaldo institucional claro.

“El Port está preparado para asumir distintos roles en la cadena de valor", afirmó. Hay varios: ser un espacio constructor/industrial donde se fabriquen desde componentes de los flotadores hasta parte de las turbinas. La APT también puede ser zona de montaje o integración de las partes de las turbinas, de almacenamiento o de mantenimiento y operación. 

Para lograrlo, reclamó la colaboración de las administraciones y el apoyo financiero necesario. “El Port y el territorio debemos estar en la pole position cuando esta tecnología despegue con fuerza.”

Catalunya quiere acelerar su transición energética

La directora general de Energia de la Generalitat, Marta Morera, reconoció que Catalunya encara el reto de acelerar la tramitación de proyectos renovables. “Vamos tarde, pero avanzamos. Tenemos muchos proyectos en curso y estamos simplificando los procesos para hacerlos realidad”, aseguró.

Morera recordó que el objetivo del Govern es alcanzar 1.000 megavatios de potencia eólica marina en 2030, pero advirtió también de que, si no cambian mucho las cosas, será muy difícil llegar a esos registros.

En la primera radiografía de los planes de ordenación del espacio marítimo, se ha identificado una zona de alto potencial para instalar aerogeneradores marinos. Se trata del un espacio 25 kilómetros mar adentro en el golfo de Roses, una zona con 250 km² de extensión y 1.000 MW de potencial técnico. La inversión estimada ronda los 3.000 millones de euros y podría generar 25.000 empleos durante la construcción y 600 puestos estables para su operación y mantenimiento.

“La eólica marina no solo es una apuesta energética, sino también industrial y tecnológica. Aprovechar el recurso eólico del mar nos permite reducir la ocupación del territorio, impulsar la soberanía tecnológica y consolidar una cadena de valor que ya existe en Catalunya”, explicó.

Morera subrayó además la importancia del proyecto de la Plataforma de I+D+i en Energies Marines de Catalunya (PLEMCAT), concebida como laboratorio flotante en mar abierto para validar tecnologías y formar perfiles técnicos.

Una oportunidad estratégica en un contexto de alta competencia

La expansión de la eólica marina flotante representa una oportunidad económica y tecnológica sin precedentes. Pero también una carrera entre puertos. A Coruña, Castellón y Tarragona se disputan el liderazgo para atraer inversiones y convertirse en centros de montaje y logística de los aerogeneradores que suministrarán energía a los futuros parques eólicos del sur de Europa.

En este escenario, Tarragona confía en que su ubicación, su capacidad industrial y su entorno tecnológico le otorguen ventaja frente a sus competidores. El objetivo no es solo producir energía verde, sino generar un nuevo tejido económico en torno a ella.

“Queremos aprovechar las fortalezas que ya tenemos para construir toda una industria y una logística detrás del desarrollo de la eólica flotante”, concluyó Castellà.

Con un Mediterráneo cada vez más orientado hacia la energía limpia, Tarragona busca liderar una revolución industrial que puede definir el futuro energético, tecnológico y económico del litoral sur europeo.