Bodas diseñadas con amor y arte

Núria Saltó, de Arlequí Creacions, da un toque especial a cualquier celebración: diseña ella misma elementos de decoración y después los vende o los alquila

29 julio 2018 08:15 | Actualizado a 29 julio 2018 08:19
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Una pareja está a punto de casarse. Lo tiene todo contratado: el fotógrafo, el restaurante, el vestido... pero a tan sólo 4 meses de vivir uno de los días más importantes de sus vidas deciden dar un toque especial a la celebración. Necesitan ideas, y dar un punto creativo a la boda. Por este motivo deciden contratar a Nuria Saltó, quien lleva la empresa Arlequí Creacions en Valls y se encarga de diseñar distintos elementos para decorar las celebraciones. Al principio, esta emprendedora (estudió diseño del producto) se quedó una pequeña tienda de detalles y chucherías. «En aquel momento vi que mucha gente se hacían ellos mismos los detalles», confiesa Saltó. Y así utilizó la imaginación y el ingenio para crear un carro para decorar la tienda. 


«Yo no sabía que aquel carro tendría éxito y la gente lo quería para sus eventos», explica. Sirve como ‘Candy Bar’. Es una mesa de dulces, un buffet de chuches en las fiestas. Y por casualidad empezó la empresa. «Por un encargo que me hicieron: querían unos indicadores de madera y aquí empezó todo», relata. Saltó trabaja sobre todo con madera y metal. Así que ella misma crea el photocall con el que sueña todo el mundo. Tiene mobiliario para alquilar, así como indicadores de madera, butacas vintage...


Sus clientes son variados: restaurantes, particulares que quieren celebran cualquier evento (aniversarios, comuniones, bodas, bautizos...). Y proceden de toda España. «El otro día tuvimos unos novios de Navarra, pero la boda era en l’Ametlla de Mar», detalla la joven. Cuenta con colaboradoras: una repostera para poner dulces en el ‘Candy Bar’ y una florista que también le ayuda. Cuando vio que tenía más trabajo decidió cerrar la tienda y se instaló provisionalmente en un estudio en Valls. «La idea es en dos años instalarnos y montar un showroom», explica Núria. Un showroom es una sala de exposición o, abreviadamente, exposición en un espacio en el que el vendedor o fabricante expone sus novedades a los clientes.


También cuenta con un taller-almacén donde fabrica los encargos. Todos hechos con amor y arte. «Es bonito personalizar una boda», asegura. 
«Con todos estos años hemos recopilado mobiliario y material, también personalizamos y lo hacemos al gusto de la pareja», afirma. Las bodas van cambiando y siempre se tiene que estar a la última. «En Barcelona el estilo es más bohemio y aquí aún se llevan las vintage y rústicas».


Ideas para todos los públicos
Decorar una ceremonia con esta profesional puede ascender a unos 300 euros. Aquí se incluye el alquiler, el transporte (tiene una furgoneta) y acudir el día de la boda. «Cada vez va a mejor, pero cuando hay más trabajo es de cara al buen tiempo», cuenta. Sus clientes sobre todo le alquilan el photocall. Cuesta 200 euros por todo un día en alquiler. Incluye una pared de tres metros por dos, una mesa con chismes para hacer la foto y una butaca.


A esta emprendedora le gusta asesorar y tener un trato próximo con el cliente. «Antes de quedar les pregunto lo que les gustaría para su día, y así cuando nos encontramos les presento varias ofertas con distintos estilos». Cada vez las parejas tienen las ideas más claras y ya saben lo que quieren. «A veces me contratan con poco tiempo». Saltó quiere seguir creciendo y consolidar la empresa.

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