Buenafuente: 'Nunca puedo desconectar del todo, pero es que no le veo sentido'

Tras haber cerrado con récord de espectadores la V edición del festival de humor Singlot, en Sant Feliu de Guíxols (Girona), Andreu Buenafuente intenta disfrutar estos días del tiempo libre, aunque admite que él no tiene demasiado, porque «el que aparentemente parece libre, se ocupa inmediatamente», advierte. Además confiesa: «No puedo desconectar; no le veo sentido a desconectar».

«Cuando estoy relajado me pasa algo que es casi perverso, que es que cuando no tengo nada que hacer, nada de nada, el folio en blanco se vuelve a llenar, y me doy cuenta de que no tengo solución», explica Andreu.

Aunque se distraiga leyendo novelas o viendo series, el artista reusense «de alguna manera» está «conectado otra vez con los contenidos». «No lo digo con victimismo; me encanta mi trabajo y mi vida, estar rodeado de compañeros y compañeras que sacan adelante productos de comunicación que me gustan», asegura en alusión a su productora ‘El Terrat’, que le supone «un trabajo de gestión y de coordinación». «Pero estoy muy bien acompañado desde hace 30 años, y para mí es maravilloso», apostilla.

Tras las vacaciones afrontará la quinta temporada de «Late Motiv», el ‘late night show’ que emite el canal #0 de la plataforma Movistar+. «Estoy encantado de estar en esta nueva corriente de contenidos, donde puedes hacer trabajos de mucha calidad, donde se respira una libertad creativa que es un sueño para alguien que desde hace 30 años está dando la turra con sus cosas», comenta Buenafuente, por lo que se siente totalmente involucrado «con este tipo de televisión». «Y mientras me quieran –dice–, ahí seguiré».

A caballo entre Madrid y Barcelona en los últimos años, Buenafuente dice que le gusta estar en esta situación porque le da «perspectiva» y es «como si llevara siempre el gran angular puesto». «Tengo una visión –explica– del que acaba de llegar a Madrid y del que se ha distanciado un poco de Catalunya, y es bastante interesante, pero es por trabajo, es voluntario y lo paso muy bien». «Al final he aprendido a ser de donde estoy en cada momento», puntualiza, una «deslocalización» que le permite disfrutar más allí donde se encuentre, concluye.