Crecimiento: más tarde, pero más fuerte

En los primeros días del año hemos conocido dos noticias que nos dibujan un escenario económico diferente pero mejor del que teníamos. 
Por un lado, las mutaciones del virus que lo hacen mucho más contagioso y el ritmo de despliegue de las vacunas que, dadas las dificultades logísticas conocidas sólo puede decepcionar a los más optimistas, retrasan la recuperación de la pandemia.

Si la nueva mutación es un 50% más contagiosa los contactos entre personas deben reducirse un 30% para mantener igual el ritmo de transmisión, dicho de otro modo, habrá más medidas de confinamiento.

Por el lado de las vacunas el ritmo actual tanto en Europa como en EE.UU. es insuficiente para alcanzar la normalidad este año, pero parece razonable esperar una aceleración del ritmo una vez que se apruebe la fabricada por AstraZeneca. En cualquier caso, la primera mitad del año será algo peor de lo que esperábamos.

El lado bueno nos lo ha dado el resultado electoral en Georgia, que da el control del Senado al Partido Demócrata. Con mayoría en ambas Cámaras podemos esperar que el programa de Joe Biden empiece a cumplirse, y la piedra clave son las inversiones para conseguir frenar el cambio climático, de tamaño similar a las planteadas en Europa, cerca de un 4% del PIB.

El efecto multiplicador de estos programas es elevado porque se aplican en muchos casos a tareas intensivas en mano de obra y con impacto sectorial transversal (aislamiento de edificios, construcción y mejora de transporte público, etc.).

Por otro lado, en la pandemia hemos aprendido formas de organizar el trabajo (algunas como el trabajo desde casa las conocíamos en la era pre industrial y las habíamos olvidado) que aceleran el crecimiento de la productividad.

Quizás la pandemia ha sido el catalizador necesario para aplicar la tecnología que ya teníamos en toda su plenitud. Pero no sólo utilizaremos mejor lo que ya conocemos. La revolución tecnológica también ha dado pasos de gigante gracias al Covid, en biotecnología las vacunas mRNA son un ejemplo espectacular, han pasado de promesa a realidad en meses, en vez de en lustros. Los ejemplos en Inteligencia Artificial también señalan a una aceleración explosiva en esa tecnología. Creemos pues que podemos estar a las puertas de un largo periodo de aceleración de la productividad.

Con el programa de inversión europeo y americano iniciándose en la segunda mitad de este año y manteniéndose durante al menos los dos siguientes podemos estar ante el ansiado escenario de “reflación” con un crecimiento de las rentas acelerado, y además conseguir frenar eficazmente el calentamiento global. No estaría nada mal.