Del campo a la puerta de casa

Unió de Pagesos pone en marcha ‘Pagesia a casa’ para la venta directa de alimentos de proximidad entre productores y consumidores

13 abril 2020 15:45 | Actualizado a 27 abril 2020 17:45
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Más de 300 productores inscritos y por encima de los 90 productos. Fruta, verdura, carne, embutidos, quesos, aceite, vino, frutos secos, legumbres, pan... todo a un WhatsApp, un correo electrónico o una llamada al móvil de distancia. Directo del productor al domicilio del consumidor final.

Es la apuesta que puso en marcha la semana pasada el sindicato agrícola Unió de Pagesos con ‘Pagesia a casa’, una plataforma que pone en contacto productores y consumidores para la venta directa de alimentos de proximidad. Carles Vicente, responsable de organización de este sindicato, cuenta que la apuesta por la venta directa ya era una prioridad en esta organización, con proyectos como ‘Terra Pagesa’, un marketplace de productores orientado especialmente a la venta en mercados, aunque con servicio de venta a domicilio.

"Estamos convencidos de que la venta directa con entrega a domicilio no es algo pasajero" (Carles Vicente, Unió de Pagesos)

Con ‘Pagesia a casa’, esta apuesta por la venta directa con entrega a domicilio adquiere un papel central. «Es algo que ya teníamos en mente -explica Carles Vicente-, pero la situación de ahora nos ha hecho ir más rápido y nos hemos espabilado. Iremos adecuando este proyecto a las necesidades y la realidad, pero estamos convencidos de que no es algo pasajero del momento: es una realidad que irá cuajando».

De momento es cada productor quien organiza la relación con sus clientes y las entregas, pero en un futuro, explica Vicente, «tendríamos que aspirar a hacer operaciones y pedidos conjuntos». Convencido de que es una tendencia que ha llegado para quedarse, reconoce que esta venta directa al detalle está especialmente enfocada al pequeño productor. «Las explotaciones agrícolas en Catalunya son pequeñas -cuenta-, no hay extensiones grandes, y por eso hay que sacar valor añadido a la tierra llegando directamente al consumidor. Esto da una opción a los pequeños agricultores y a la incorporación de nuevos, y pienso que ahora es un momento de organizarse».

Alcachofas y naranjas con Facebook, WhatsApp y Bizum

Pau Esmel (25 años) tiene 5,5 hectáreas de cítricos y 2,5 hectáreas de huerta en Camarles (Baix Ebre). Con tres trabajadores a su cargo, sus bisabuelos ya cultivaban las tierras que él trabaja ahora. Desde el año 2018 está al frente de la explotación familiar.

Hasta que estalló la crisis sanitaria de la Covid-19, vendía la mayoría de su producción (unos 140.000 kilos al año de naranja y mandarina, otros 20.000 kilos de alcachofa y un número variado de productos de huerta de temporada) en los mercados al aire libre de Calafell y Segur de Calafell (ambos en el Baix Penedès), donde su familia no ha dejado de acudir a lo largo de cuatro décadas.

El confinamiento total de la población y la cancelación de estos mercados bloqueó su vía de comercialización. Los retrasos en el cobro de las ayudas de la Generalitat para apoyar el relevo generacional como Jove Agricultor dejaban a este joven -que se encuentra en plena fase de inversión en nuevos invernaderos para huerta- en una situación más que delicada.

"No pasan ni 24 horas desde que está en la planta hasta que llega a la persona: pienso que funcionará" (Pau Esmel, Agricultor) 

Pero decidió que no iba a quedarse de brazos cruzados. El fin de semana actualizó su página en Facebook (Fruites i verdures Pau Esmel), colgó una lista de precios para la semana con sus productos de temporada (naranjas, limones, alcachofas, habas...) y el lunes ya tenía 43 pedidos de particulares para entregar el jueves en sus domicilios. Los pedidos (un mínimo de 8 euros, trasnsporte incluido) se hacen por teléfono o por WhatsApp. Efectivo, tarjeta y Bizum son las formas de pago aceptadas.

Cuando la crisis sanitaria pase, Pau Esmel está decidido a seguir con la venta online 

«Nunca había hecho venta online -reconoce Esmel-, porque todo lo vendía en estos mercados. Pero yo tengo tres trabajadores, y la gente ha de cobrar. Tengo una responsabilidad con mi gente». La primera experiencia es positiva. «Es un proyecto nuevo, pero continuaré haciéndolo cuando todo esto pase. Si la gente se anima, yo continuaré sirviéndoles. Los martes cierro pedidos, los miércoles recolecto y los jueves reparto. No pasan ni 24 horas desde que está en la planta hasta que llega a la persona. Yo pienso que funcionará». 

Ciruelas con el punto de maduración al gusto del cliente

Ernest Cubells (43 años) es la quinta generación de una saga familiar de agricultores de La Palma d’Ebre (Ribera d’Ebre) dedicada tradicionalmente a la aceituna (cuenta con 25 hectáreas de olivos, en un 95% de la variedad arbequina) y a la almendra (3,5 hectáreas), que mayoritariamente vende a la cooperativa local.

Desde La Palma d’Ebre, Ernest Cubells comercializa sus frutas (ciruelas, albericoques, manzanas), pero también aceite de oliva arbequina de la DOP Siurana

Hace doce años decidió empezar a plantar frutales, con tres hectáreas dedicadas a la ciruela, una hectárea al albaricoque y una pequeña extensión a la manzana. Su apuesta fue por la fruta tardía (con recolecciones desde mediados de julio a finales de septiembre), convencido de que había mercado para la fruta de calidad.

«La fruta primeriza -explica-, que es la que suele llegar a los supermercados, no tiene el sabor de la tardía, que se beneficia de poder contar con más horas de sol al día. La ciruela y el albaricoque de maduración tardía tienen mucho gusto, pero ya no se suelen plantar».

"El cliente puede decirme en qué punto de maduración quiere que le coja la fruta" (Ernest Cubells, Agricultor)

La gran distribución y los mercas (Mercabarna, Mercamadrid...) prefieren que estos productos lleguen mucho antes en el calendario al mercado. En muchos casos, sin dejar que maduren lo suficiente en el árbol, para evitar que los golpes durante el transporte y la manipulación en los centros de distribución dañen su aspecto. También para aumentar su duración en los lineales de supermercado.

Pero Ernest Cubells piensa que hay un mercado para los compradores que quieren una relación directa con el productor. Eso implica, por supuesto, que las ciruelas llegarán a su casa cuando tienen que llegar. En eso consiste la compra de proximidad y de temporada. Con un plus: la compra personalizada.

«Estoy dispuesto al contacto directo con el cliente -explica Cubells-, y si quiere venir a la finca, se la muestro. Este contacto directo permite que me digan en qué punto de maduración quieren que les coja la fruta. Sabiéndolo y teniendo ya el pedido, lo único que tengo que hacer es dejar esa fruta en el árbol hasta que llega el momento». 

Arroz ecológico del Delta de l’Ebre envasado al vacío

Los hermanos Albert (39 años) y Diego (54 años) Reverté, en Deltebre (Baix Ebre) son la segunda generación en una explotación agrícola dedicada fundamentalmente al arroz. Cuentan con cultivos de arroz convencional y también de arroz ecológico, además de olivos, almendros y algarrobos en Camarles.

"Vamos a empezar con la venta directa de arroz y aceite para valorizar el producto" (Albert Reverté, Agricultor)

Con tres trabajadores a su cargo, cuenta Albert Reverté que «siempre hemos vendido a cooperativa y comercial, pero ahora, para valorizar el producto, vamos a empezar con la venta directa» al consumidor final. «En principio empezaremos con arroz y aceite ecológico -explica- para llegar allí donde haga falta».

El aceite de oliva ecológico de los hermanos Reverté es de las variedades farga y morruda, mientras que el arroz ecológico es un japónico de variedad guara

En el caso del arroz (un japónico de la variedad guara), entregan paquetes de 1 kilo envasados al vacío, mientras que el aceite de oliva (de variedades farga y morruda) viene en garrafas de 5 y 2 litros, y en botellas de 750 y 250 centilitros.

Teléfono y correo electrónico son las vías de consulta y pedidos. «Con la venta directa -confía Albert Reverté- revalorizas tu producto, porque el canal comercial (de la gran distribución) está mal pagado. Eso si se vende, que esa es otra...».

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