«Desarrollamos ingredientes para el mundo profesional culinario»

Ramon Ramon es el CEO de la empresa familiar Caviaroli, surgida en 2008, con la creación de unas perlas de aceite, elaboradas a partir de un complejo trabajo de esferificación, término culinario popularizado por Ferran Adrià.

¿Cómo fueron los inicios de Caviaroli?

Todo surgió cuando se nos ocurrió investigar sobre la esferificación que se había desarrollado en el mundo de la cocina molecular. De hecho, es un término popularizado por Ferran Adrià. El Caviaroli en sí se planteó como un reto y supuso una investigación de tres años hasta que fue viable. La razón de ser de estas perlas de aceite radican en la detección de la imposibilidad de elaborarlas en la cocina cuando un líquido para esferificar es un producto graso, como es el caso del aceite de oliva. Caviaroli es, en definitiva, aceite colocado dentro de una película de gelatina de un alga que emula la textura del caviar. Además, no lleva aditivos. Por tanto, mantiene todas sus propiedades.

¿Cómo se diferencia este producto de otros parecidos?

Permite aportar aceite con un añadido de sabores jugando con la disposición en un plato, así como a través del paladar. Por tanto, se puede combinar con pescado y marisco crudo o marinado, carnes en carpaccio y ahumados, ensaladas, sopas y cremas frías o calientes, lácteos, chocolate, helado y cócteles. También se incluyen todo tipo de postres y elaboraciones de vanguardia.

¿Cuál es vuestra filosofía?

La frase ‘De El Bulli a cualquier casa’ nos ha acompañado siempre y resume, en parte, nuestra filosofía de negocio. Nuestro planteamiento empresarial es que desarrollamos ingredientes para el mundo profesional culinario.

¿Qué perfil de cliente tienen?

Principalmente son restaurantes que quieren incorporar nuestro producto a sus platos. También comercializamos nuestro producto en tiendas especializadas y gourmet con el objetivo de que llegue al público en general. Estamos presentes en más de 20 países.

¿Qué les aporta un banco como BBVA a su negocio?

Podemos afrontar nuestra operativa diaria de forma eficiente porque nos permite llevar a cabo de forma ágil y sencilla transacciones económicas, así como tener una atención personalizada que vela por nuestros intereses. Además, nos permite abordar un ambicioso plan de crecimiento que entiende nuestras necesidades.