Descubrir el agua de una forma distinta

Sandra Ejarque y Mar García ofrecen cursos de psicomotricidad acuática en piscinas desde los cuatro meses hasta los siete años

03 diciembre 2018 14:51 | Actualizado a 03 diciembre 2018 14:54
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Ofrecer un enfoque distinto al descubrimiento del agua en la infancia y a la búsqueda de su autonomía para saber nadar, compartir tiempo con tu hijo con tranquilidad en una piscina, sin estrés, ni preocuapciones. Estos son algunos de los objetivos de Sandra Ejarque y Mar García, especializadas en desarrollo psicomotriz acuático y fundadoras de Cúkua. 


«Coincidimos en un máster de la URV y nos unimos profesionalmente en 2017 por la psicomotricidad y el agua y desde aquel momento realizamos diferentes proyectos», explica Sandra Ejarque. 
El proyecto empezó para ofrecer una nueva alternativa y un interés por parte de la familia para acompañar y desarrollar la psicomotricidad motriz. 
Hay familias que no se sienten preparadas para que sus hijos vayan sin los padres a natación a los 24 meses. 


«Ahora ya puedes acompañar a tu hijo en el agua todo el tiempo que quieras. Las familias se autorregulan, siempre tienen la opción y llega el día en el que escogen ir en grupos sin padres», puntualiza otra de las fundadoras de Cúkua, Mar García.


 Cuentan que los grupos son reducidos y trabajan con niños a partir de los cuatro meses hasta los siete años. «El agua es un medio ideal para fortalecer vínculos con sus padres y ganar seguridad y confianza en su crecimiento psicomotriz», afirma Sandra quien añade que «hay por ejemplo otras familias que buscan un tiempo de calidad para compartir. Sin móviles, sin distracciones y es muy importante también para el hijo que sus padres estén con ellos en el agua».


 Las sesiones duran entre 30 y 40 minutos dependiendo de la edad del niño. En las clases hay tres etapas diferenciadas: la primera que consiste en la observación y en jugar fuera, la segunda en la que hay distintas propuestas de material y las profesoras acompañan a los padres para que los niños estén adaptados. 
Para finalizar la clase hacen técnicas de relajación. Y es que usan el medio acuático para crecer en el ámbito emocional, motriz y cognitivo del niño. «Al finalizar queremos que todos estén relajados».
Los precios son trimestrales y son a partir de 130 euros dependiendo de la duración.


Empezaron con los primeros grupos en las piscinas de Torredembarra y en La Selva del Camp. En enero impartirán clases en la piscina de El Vendrell. 
«Estamos en búsqueda activa de piscinas climatizadas para abrir acuerdos de colaboración. Ofrecemos las sesiones en los horarios de menos uso y siempre tienen que estar climatizadas y con una temperatura de 32 grados», asegura García.El agua es un medio ideal para fortalecer vínculos con sus padres y ganar seguridad y confianza en su crecimiento psicomotriz.


Un ambiente relajado
«Creamos un ambiente relajado, de confianza y seguridad, pueden desaparecer los temores hacia el agua y lograr que sea su espacio lúdico favorito. El agua posee muchas posibilidades de juego y la repetición de pequeñas experiencias de placer nos dan la seguridad para explorar el entorno con nuestro cuerpo», dice Sandra.
Uno de sus objetivos de futuro es abrir un centro de referencia en el Camp de Tarragona. «Hemos visto que tiene éxito y podemos seguir con este camino», concluyen las emprendedoras.
 

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