El Corte Inglés inicia una nueva etapa de unidad

La paz vuelve a El Corte Inglés después de meses de guerra entre las hijas adoptivas de Isidoro Álvarez, quien fuera presidente del grupo de distribución hasta su fallecimiento en 2014, y el sobrino predilecto de éste, que le sucedió en el cargo hasta hace poco más de dos meses.

Marta y Cristina Álvarez le han ganado la batalla a su primo, que abandonó la empresa a la que llevaba vinculado laboralmente veinte años.
No hizo falta que la junta de accionistas –que se celebró ayer domingo, último del mes de agosto– lo expulsara, sino que fue el propio Gimeno quien presentó su renuncia como miembro del consejo de administración en un acuerdo alcanzado in extremis, tal y como informó la compañía a ultimísima hora del sábado.

Atrás quedaban días de intensas negociaciones entre los despachos de abogados de ambas partes e incluso con al menos una reunión cara a cara entre el que fue presidente hasta su cese el 14 de junio y su sucesor, Jesús Nuño de la Rosa, que deseaba «una salida amistosa y pactada» para poder dar carpetazo a uno de los momentos más difíciles del grupo e iniciar «una nueva etapa de unidad» libre de cualquier conflicto.

Ocho millones de indemnización

Los términos del acuerdo entre Gimeno y El Corte Inglés no han transcendido, pero la indemnización que recibirá superará los ocho millones. 
La apuesta por la unidad se visibiliza también con el regreso al consejo de administración de Carlota Areces –por la Corporación Ceslar, dueña del 9% de las acciones–, que fue expulsada en 2015 tras mostrar su oposición a la entrada en la compañía del jeque de Catar. Pero la gran novedad es el nombramiento de Fernando Becker, catedrático de Economía y exdirectivo de Iberdrola, como consejero independiente.

Todos estos acuerdos fueron aprobados con más del 99% de los votos por la junta de accionistas, que dio el visto bueno a las cuentas de 2017, con 202 millones de beneficio, un 25% más que en 2016.