El Gobierno rechaza ERTE como un «café para todos»

El ministro de Seguridad Social alega limitaciones de dinero, pero la titular de Trabajo matiza que será un sistema «hiperflexible» ante los cierres por rebrotes

25 septiembre 2020 08:20 | Actualizado a 25 septiembre 2020 09:40
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A menos de una semana para que finalice el plazo de los actuales expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), aún no está claro cuál será el mecanismo de protección que tendrán los trabajadores afectados por los cierres de empresas en la segunda ola del coronavirus. Las negociaciones del Gobierno con la patronal y los sindicatos para definir el nuevo esquema de protección acabaron ayer sin acuerdo después de más de ocho horas. Volverán a sentarse ante la premura del calendario: el martes 30 vence el actual sistema.

El epicentro de diálogo pivota en torno a qué empresas seguirán cubiertas por este mecanismo. No serán todas, como ocurrió tras el decreto del estado de alarma de marzo. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, aclaraba ayer que el Gobierno quiere «evitar el café para todos». Apuesta por diferenciar los negocios que puedan acogerse a los ERTE, porque «no todo el mundo precisa el mismo nivel de apoyo». El ministro defiende la aplicación de «elementos de flexibilidad» con un «mayor nivel de especialización». En el fondo subyace la situación económica del Estado: «Hay una restricción presupuestaria», dijo Escrivá en una entrevista televisiva.

No coincide aparentementecon el análisis de su compañera de gabinete, Yolanda Díaz, ministra de Trabajo. Casi a la misma hora, y en otro canal televisivo, apuntaba que «hay dinero suficiente». Porque, a su juicio, «por fin Europa ha entendido que esta salida a la crisis hay que hacerla con otra mirada». Sin embargo, la ministra reconocía que el punto relativo a las cotizaciones sociales es el que más controversias está generando en el seno del diálogo social. Díaz dijo que «hay que proteger la actividad paralizada, y todo lo que tiene en su entorno también».

El Ejecutivo planteó un alto nivel de exoneración de cuotas sociales (hasta un 85%) pero para determinadas actividades, como las turísticas. Idea rechazada por sindicatos y empresarios al considerar la necesidad de una ampliación de esos sectores.

También está pendiente de definir el concepto de «ERTE por rebrote», esto es, la protección para las empresas y trabajadores cuya actividad se vea limitada por decisiones, por ejemplo, como las últimas de la Comunidad de Madrid. «Tiene que ser un mecanismo hiperflexible para dar acogida a todas las empresas que puedan caer», indicó ayer Yolanda Díaz, que también desveló que habrá una nueva ayuda para los trabajadores fijos discontinuos del turismo.

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