El circuito de tirolinas más largo

La familia Peruga Fernández es la propietaria de este parque de aventuras, donde administran más de 120 hectáreas de bosque en Porrera (Priorat)

13 mayo 2018 18:29 | Actualizado a 13 mayo 2018 18:32
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Hacer deporte en un entorno natural. Un parque de aventura donde los clientes pueden vivir una jornada emocionante, cruzando el bosque de árbol en árbol a través de caminos aéreos hechos de madera y cuerda.

Estamos hablando del parque deportivo Vies Altes, ubicado en Porrera (Priorat).  Un lugar idóneo para disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad, sumando adrenalina y  diversión. La familia Peruga Fernández es la propietaria del parque de aventura y la casa rural Mas d’en Gregori, junto a Vies Altes. Administran más de 120 hectáreas de bosque y espacios naturales.


¿Cómo surgió la idea? La finca desde siempre ha pertenecido a la familia de Teresa (la madre de familia). «Un día compré un cable y montamos una tirolina en medio del barranco», comenta Lluís Peruga, el padre de familia. En 2010 nació este parque de aventuras.

«Era una forma de mantener limpio y explotar más el bosque, y la idea salió así con mucha ilusión y entusiasmo», explica Teresa Fernández. Además, sus hijos Daria y Lluís aquel año terminaban los estudios relacionados con el deporte. Este factor se sumó a las ganas e ilusión de seguir adelante. En los inicios, la familia invirtió mucho dinero con el material y diseñaron ellos mismos los obstáculos y circuitos, a su gusto.


¿Su actividad estrella? Sin duda, las tirolinas. Hay ocho tirolinas únicas en el territorio, de 1.000 metros. Sus longitudes van desde los 80 a los 180 metros y permiten disfrutar de magníficas vistas del Priorat. Es sin duda el circuito de tirolinas más largo de Catalunya. Los clientes son variados: familias, grupos de amigos, escuelas o institutos. 


¿Cómo trabajan? Tras una reserva previa, «nosotros acompañamos a los grupos y les explicamos cómo funciona todo», cuenta el hijo Lluís. En Vies Altes buscan personas con ganas de superarse, de aprender y de vivir experiencias inolvidables. «Hemos hecho un parque más deportivo, más difícil, para adultos pero también pueden disfrutarlo los niños», asegura Fernández.


Y es que en este parque deportivo hay distintos circuitos con niveles diferentes: tirolinas, un circuito de obstáculos y tiro al arco. Éstos dos últimos como actividades complementarias. Antes de empezar, todo participante hace un circuito de iniciación obligatorio.

Consta de algunas actividades básicas y está preparado para dar las explicaciones pertinentes a todos los clientes. Tiene una duración de 15 minutos. El resto de circuitos oscilan entre los 45 minutos y una hora.


Una de las peculiaridades de Vies Altes es el trato próximo, y que en todo momento acompañan al grupo. «No queremos grandes grupos», asegura el padre. Nos cuentan que quieren que la gente disfrute, esté relajada y que no hagan cola. «Que estén todo el tiempo ocupados y nosotros nos lo pasemos bien con ellos», relata Daria Fernández.


La facturación anual es de 20.000 euros, y trabajan padre e hijos. «Cuando tenemos más gente contratamos a dos personas más para que nos ayuden», puntualiza el hijo. También lo combinan con otros trabajos y con la casa rural Mas d’en Gregori.


Uno de los objetivos y retos de futuro es el nuevo circuito negro. Está en construcción. «Será el  más complicado del parque Vies Altes y quien lo termine sin caer [quedando suspendidos por el cable de seguridad] le saldrá gratis», explica el padre de la familia, Lluis Peruga.

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