El empleado en el centro de la cadena de valor

La innovación, la creatividad y la entrega de todo el potencial de talento es imposible sin abordar la ‘experiencia de empleado’ como catalizador

05 diciembre 2018 11:47 | Actualizado a 05 diciembre 2018 11:48
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Hay que innovar. Hay que crear valor. Despertar la creatividad en las organizaciones. Y hay que hacerlo poniendo al empleado en el centro de la cadena de valor. «Quien maneje hoy una plantilla a base de miedo -explica Anna Fornés, directora de la Fundació Factor Humà- está condenado al fracaso. Quizás seguirá adelante unos cuantos años más, pero para afrontar retos, el talento es indispensable. Bajo amenaza o miedo, la gente no da su talento. Y necesitas que la gente quiera dar su talento. Si no, no tendrás innovación».

La Fundació Factor Humà acaba de publicar su primer informe sobre el ‘Baròmetre del Factor Humà’, un estudio donde radiografía el estado actual de la gestión de personas en España, con 86 empresas participantes y 152.000 personas trabajadoras. Una de las primeras conclusiones es que las empresas han interiorizado que, sin trabajar una ‘experiencia de empleado’ satisfactoria, no conseguirán despertar en ellos ese plus de generosidad y entusiasmo que les lleve a dar a la organización algo más que ‘cumplir el expediente’.

Para ello, la meritocracia es un factor que gana peso, o que debería ganarlo: «Quiero entender -explica Anna Fornés- que las organizaciones que quieren poner a la persona en el centro tienen claro que la meritocracia es importante». Ofrecer oportunidades justas a todos los miembros de una organización, sin discriminaciones, es uno de los retos.

Un 67% de las empresas involucradas en este estudio cuenta con planes de formación, además de tener programas de movilidad, mentorías, promoción interna, carrera profesional, planes de relevo o planes de desarrollo de personas con alto potencial.

En paralelo, un 66% afirma tener proyectos de innovación en alianza con clientes, proveedores, clústers de su sector o socios estratégicos, y en un 56% se han implementado acciones para recoger prioridades, valoraciones e ideas para mejorar e innovar. De hecho, un 61% de ellas ya dispone de fórmulas de reconocimiento interno a la innovación, o está en proceso de implantarlas.

Nada de todo esto dará frutos si las organizaciones no se deciden a «cuidar al máximo a los empleados, pero no de forma paternalista», explica Fornés. Se trata de «que tú puedas aprender al máximo, que puedas crecer y, si algún día esto se acaba, que puedas salir al mercado muy bien preparado. Con esto, es más fácil que la persona dé el máximo de sí misma. La gente, hay que recordarlo, se va de las empresas básicamente por sus jefes».

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