El membrillo de miel hecho en Alcover

Joan M. Llorens es la tercera generación que elabora este producto de las abejas en las Muntanyes de Prades 

03 septiembre 2018 15:22 | Actualizado a 03 septiembre 2018 15:26
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La miel ahora ya no se usa únicamente para endulzar un yogur, hacer el típico postre de miel y requesón, o poner dos cucharillas a la manzanilla. La miel de las Muntanyes de Prades ya está en todas partes. En la cerveza, en el membrillo, en algunas cremas... Y, además, nace el apiturismo (visitar las abejas y su mundo y provar los distintos productos). La Casa de la Mel en Alcover es el resultado de unir la tradición con la innovación, respeto al medio ambiente y lo natural y artesanal.
«A los cuatro años me picó mi primera abeja» -cuenta Joan M. Llorens, propietario de la Casa de la Mel en Alcover- y yo no me quería dedicar a ello». Pero esa primera reticencia cambió. Tercera generación en el negocio familiar, Joan M. Llorens poco a poco fue involucrándose, convirtiendo su trabajo en su pasión y su hobbie.


Muntanyes de Prades
Tres generaciones mimando y haciendo productos de las abejas. Elaboran ellos mismos la miel de las Muntanyes de Prades. «Es una zona que tiene un gran potencial. Nuestro producto se caracteriza por ser natural y tener muchas propiedades y beneficios para la salud», añade Llorens. 
Además, y desde hace poco tiempo, está elaborando otros productos con miel. Cerveza, cava, membrillo. «Por ahora está teniendo una buena acogida, pero vamos poco a poco», relata el propietario de este negocio. 


Están en fase de experimentación y a ver si gusta a la gente. «Vamos haciendo 150 botellas de cerveza», relata Llorens. El membrillo, por ejemplo, lo hace una mujer del pueblo experta. «Yo le doy 15 kilos de miel y ella hace el producto final». Cuenta que ellos mismos hacen el etiquetaje y todo el proceso de «forma natural y artesanal», con cuatro trabajadores a tiempo completo.
La miel que gusta más son las mil flores y romero. «Son las que más vendo porque tienen el sabor más dulce y suave», explica Llorens.

Un pote de miel cuesta cinco euros. En un año pueden llegar a hacer 10.000 kilos de miel. «Siempre depende de la climatología, las lluvias, temperatura...», explica.Los productos los vende en distintas cooperativas y en su tienda. «Antes pertenecía a mis padres y vendían frutas, verduras y miel. Viene gente de distintos lugares», relata.


‘Safari de abejas’
La Casa de la Mel ofrece distintas actividades y talleres para todos los públicos y un ‘safari de abejas’. En Alcover tiene el obrador y el museo. Allí se encuentran todos los secretos de este ámbito: utensilios antiguos, polillas de distintas procedencias y curiosidades de este mundo. «Hacemos visitas también para escolares», detalla el empresario.


Uno de los objetivos a corto plazo es abrir el corral que ha adquirido a 30 kilómetros de Alcover (Baix Penedès). Una finca de dos hectáreas y medio. «Es de los corrales más grandes de Tarragona». Este corral especializado tiene 100 metros y los visitantes descubrirán y verán estes insectos. Antes lo tiene que restaurar.


Catas de miel
«Allí haré visitas y después catas de miel y cervezas», adelanta este apicultor vocacional. Joan M. Llorens quiere impulsar el apiturismo y va organizando distintos eventos para todos los públicos y edades.


Tres generaciones dedicándose a la miel. «No sé si mis hijos seguirán el negocio. Por ahora me va bien y vamos creciendo poco a poco», concluye Joan M. Llorens. Y es que ser apicultor es un trabajo que requiere muchas horas, pasión, paciencia y experiencia. Llorens tiene todos los requisitos para que funcione.

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