El turismo de interior gana la partida al de sol y playa

Mientras los destinos urbanos y de interior mejoran en visitantes y gasto, la oferta de costa se resiente de la guerra de precios. La demanda ‘low cost’ va a la baja

29 julio 2019 07:26 | Actualizado a 29 julio 2019 07:30
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Como en otros ámbitos, también en el turismo se puede hablar de dos Españas, la de interior y la de costa, la de las grandes urbes y la del modelo tradicional de sol y playa. La diferencia es que hasta hace relativamente poco la primera era el patito feo del sector frente al dominio histórico de la segunda, aunque las tornas están cambiando.

Las primeras en evidenciarlo han sido las grandes compañías del sector, representadas por la alianza turística Exceltur: «se van consolidando escenarios divergentes entre dos Españas turísticas», afirma su vicepresidente ejecutivo, José Luis Zoreda. Así, contrasta el notable crecimiento de la afluencia de turistas extranjeros en la primavera (marzo-mayo) a los destinos de interior y las ciudades (un 8,6% más en pernoctaciones hoteleras), e incluso a los de la llamada España verde (8.9%) en la franja norte del país, frente al fuerte descenso en la costa mediterránea (-9,1% en la parte murciana, -6,6% en la valenciana, -6,4% en la catalana y -2,9% en la andaluza) y también Canarias (-3,2%), aunque Baleares (+1%) logró resistir.

Los datos son del último informe del ‘lobby’ y explicarían porque, pese al descenso de la demanda extranjera en los destinos de playa, el gasto turístico nacional sube. Por ejemplo, en mayo (último mes con datos oficiales) las llegadas de visitantes foráneos descendieron un 1,6%, aunque su gasto aumentó medio punto, e incluso el desembolso diario creció un 9,5% hasta 163 euros de promedio. La mayor conectividad aérea con mercados de larga distancia,  «que son los que gastan más en destino» -apostilla Zoreda-, ha permitido distribuir sus costes fijos en menos días permitiéndoles emplear más dinero por jornada. Es decir, un efecto «contable», que a su vez les anima a invertir más en su ocio.

Así, las pernoctaciones en hoteles españoles de turistas japoneses se dispararon un 30,4% entre marzo y mayo, un 18,4% las de los rusos, un 15% las de viajeros de países del Este en general y un 14,9% las de estadounidenses.

El otro pilar de esa pujanza del turismo urbano y de interior es la propia demanda nacional, lo que para Luis Buzzi, socio responsable de Turismo y Ocio de KPMG España, evidencia que «estamos ante un cambio de modelo».

El descenso de visitantes a la costa mediterránea ha sido del 9% durante la primavera

«Los países ribereños están recuperando niveles de seguridad y confiabilidad», apunta en el mismo sentido Luis Buzzi , quien además ve que «todavía tienen margen de atracción» para situarlos en niveles «normales» antes del estallido desde 2014 de sus respectivos conflictos nacionales. Según Exceltur, hasta mayo la afluencia de turistas a Turquía había crecido un 11,3% (el 20% si hablamos solo de europeos) y en el caso de Egipto se disparó un 45,7%.

Estancamiento    

No es el único factor que ha  penalizado la oferta española de sol y playa. El relativo estancamiento económico de los mercados tradicionalmente emisores, sobre todo Alemania y Reino Unido -donde el temor a un ‘brexit’ severo aún pasa factura-, junto a las olas de calor en el centro y el norte del continente, ha hecho que no necesiten buscar el buen tiempo y bastantes opten por el turismo de interior en sus países. El resultado es que las pernoctaciones en España de viajeros germanos descendieron un 8,7% la primavera y otro 7,8% entre los visitantes nórdicos.

Aunque algunos, como el catedrático de Marketing de ESADE Josep-Francesc Valls, prefieren ver la otra cara de la moneda. «Nuestra oferta es y será más cara, lo cual mejora también los márgenes demasiado reducidos que tenemos», explica este experto en el tema.

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