Emili Rousaud ‘Con la generación distribuida habrá una transmisión de poder hacia el consumidor’

Emili Rousaud es fundador y CEO de Factorenergia, una de las comercializadoras independientes de energía más antiguas del Estado

06 noviembre 2017 11:43 | Actualizado a 06 noviembre 2017 12:35
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Emili Rousaud (Barcelona, 1966) fundó Factorenergia en 1999. Fue un pionero entre los que decidieron hacerle la competencia a las grandes empresas eléctricas con la liberalización del mercado energético. Hoy, esta comercializadora independiente de energía con sede en Barcelona cuenta con unos 70.000 clientes empresariales repartidos por todo el Estado, además de unos 15.000 clientes particulares (principalmente en Catalunya), emplea a 215 personas de forma directa y factura unos 375 millones de euros.

¿La liberalización energética es real? ¿Hay competencia?
Es real. Lo que pasa es que hay una serie de grandes empresas con muchos recursos, con una fuerza en el mercado que obliga al resto a buscar nichos y otras oportunidades para poder crecer.

¿Como comercializar electricidad para pymes?
Cuando empezamos hace 18 años con Factorenergia, nos surgió una oportunidad clara en pymes. Era un perfil de cliente que para la gran eléctrica no era importante, no le prestaban atención. Pero nosotros lo hicimos, y ahora somos los cuartos [en el Estado español] por cuota de mercado en pymes. Es el resultado de una orientación muy diferente, enfocada al buen servicio al consumidor.

¿Y eso cómo lo entiende una comercializadora alternativa como la suya?
Le pondré un ejemplo. En el año 2013, el gobierno español incrementó en un 150% el peaje de potencia. Como respuesta a eso, Factorenergia optimizó la potencia de 32.000 empresas sin cobrar ni un duro por ello. Esto es algo que no hay empresa grande que lo haga. 

¿Y ustedes lo hicieron aunque perdiesen dinero con ello?
Perdimos facturación, pero no dinero. Eso nos ha ayudado a fidelizar a nuestros clientes.

También pueden hacerlo las grandes eléctricas, ¿no?
A la gran eléctrica no le interesa, porque el incremento del peaje de potencia remunera la actividad de distribución, y eso es algo en lo que también están metidas.

¿El ‘impuesto al sol’ terminó con el autoconsumo?
Esto [la producción de energía por parte de particulares para su autoconsumo] es una corriente mundial. Ahora, con el ‘impuesto al sol’ [que establece unos peajes para aquellos que autoconsumen electricidad en sus domicilios mientras siguen conectados a la red eléctrica], la amortización de unas placas solares ha pasado de cuatro años a quince o dieciséis. Pero aunque no sé cuándo, estoy seguro de que caerá por su propio peso. Y los comercializadores independientes tendremos un rol. 

Las compañías eléctricas te facilitan els asesoramiento técnico, financiación y la gestión de la energía, que serán necesarias en un futuro 

¿Cuál?
Si la gente quiere instalarse placas fotovoltaicas en sus casas, nosotros financiaremos la instalación y les prestaremos servicios. En Texas, los impulsores de todo esto son los comercializadores independientes, y en un futuro nosotros también iremos por este camino.  

¿Será el centro de su negocio?
Será una de nuestras principales actividades. De hecho, en Factorenergia tenemos ya a cerca de 2.700 pequeños productores fotovoltaicos.

¿Para qué van a necesitar en un futuro los ciudadanos compañías eléctricas, si generarán su propia electricidad?
Porque la comercializadora les facilitará el asesoramiento técnico, la financiación y la gestión de la energía. Es decir: que de día, cuando yo produzco energía con el sol y no la utilizo porque estoy fuera trabajando, alguien me la envía al mercado eléctrico para que yo pueda coger de él electricidad por la noche, cuando no hay sol y la necesito. 

Una batería y listos, ¿no?
Si no fuera porque, en el marco de lo que conocemos como ‘impuesto al sol’, hay una norma que literalmente te prohibe cargar baterías. De hecho, siguiendo esa norma no puedes ni cargar el móvil. Es surrealista. Las baterías serán importantes, pero tampoco están en el punto de precio. Ahora, una batería para el hogar en condiciones vale 4.000 euros. Cada año y medio aumenta la capacidad y baja el precio.

¿Y cuándo estarán en su punto de precio?
En tres o cuatro años. Pero, independientemente de eso, un alto grado de autonomía energética requiere de una gran inversión. Aquí, «lo mejor es enemigo de lo bueno». Si tú quieres una casa autónoma energéticamente, tendrás que hacer una inversión altísima. Pero, en cambio, puedes tener una casa muy eficiente a un coste muy ajustado. Tenerlo todo perfecto y desconectarte de la red supone una inversión enorme, pero puedes autoproducir un 90% y tener el respaldo de la red a un coste mucho menor. Si me independizo del todo de la red, es carísimo. No queramos ir tan allá, busquemos cosas que estén al alcance de todas las familias.

¿Cómo puede cambiar todo esto la relación de fuerzas en el sector energético español?
Esto cambiará el paradigma absolutamente. La generación distribuida implicará una mejora medioambiental bestial, pero además habrá una transmisión de poder desde la gran compañía eléctrica hacia el consumidor. Resistencias a eso es evidente que las habrá. Los ejemplos ya los podemos ver: ‘impuesto al sol’, a las baterías... Ahora, lo que me preocupa es que hay una legislación que lo prohibe, y eso es lo que hemos de cambiar.

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