España es el país de la OCDE donde más caen los ingresos de las familias

Un informe del organismo reconoce que las medidas de apoyo a empresas y hogares, como los ERTE, han amortiguado el impacto de la crisis

07 agosto 2020 08:10 | Actualizado a 07 agosto 2020 09:25
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Aunque la crisis del coronavirus estalló en España en la segunda quincena de marzo, su efecto sobre la economía de miles de familias fue tan potente que nuestro país se sitúa como el más perjudicado en cuanto a ingresos disponibles por persona en el primer trimestre, del total de los 21 analizados en un estudio de la OCDE publicado ayer.

En España el PIB per cápita cayó un 5,6% entre enero y marzo respecto al mismo periodo de 2019, y aunque las medidas de ayuda para empresas y familias del Gobierno atenuaron el golpe, el ingreso disponible por habitante –un indicador que descuenta los impuestos y suma las ayudas sociales– también se hundió un 3,3% en el primer trimestre.

En el conjunto de la OCDE la tendencia fue mejor. El PIB per cápita bajó de media un 2% en el primer trimestre, pero los ingresos disponible por habitante crecieron un 0,1%. El informe explica que las medidas de apoyo de los gobiernos para respaldar los ingresos de los hogares amortiguaron el efecto y compensaron la caída de la actividad ante los primeros efectos de la pandemia.

Esta diferencia de 2,1 puntos porcentuales entre la evolución del PIB y de la renta de los hogares constituye la «mayor diferencia positiva observada entre las dos medidas desde la crisis financiera» en el cuarto trimestre de 2008.

En el grupo de las grandes economías de la OCDE, EEUU fue el único país donde aumentaron los ingresos disponibles de los hogares (+0,7%), lo que refleja el impacto más limitado que tuvo la crisis en el primer trimestre allí, con medidas de confinamiento menos severas. Italia (-1,8%) y Alemania (-1,2%) registraron caídas mayores que el Reino Unido (-0,7%), Francia (-0,3%) y Canadá (-0,2%), pero todos muy por debajo de España (-3,3%).

La OCDE pone de relieve la importancia de los sistemas de paro temporal, como los ERTE en España o una herramienta similar puesta en marcha en Francia, para evitar despidos y una «explosión de la tasa de desempleo». Y este es un mecanismo que en España «han llegado para quedarse estructuralmente», señaló ayer el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, que destacó que el Gobierno contempla prolongar más allá del 30 de septiembre los ERTE ante el impacto en el turismo y mantener prestaciones y bonificaciones específicas para los fijos discontinuos del sector.

Escrivá aseguró que cada tres meses «reevaluamos la situación» y a partir de septiembre se decidirá «el esquema de los ERTE».

La OCDE señalaba hace solo unas semanas que España era uno de los 37 países que conforman la organización con peores perspectivas de empleo debido a la crisis sanitaria. Según el organismo, el paro rozará el 20% a finales de año, y podría llegar hasta el 21,9% en 2021 en caso de que se produjera una segunda ola de la pandemia.

La elevada tasa de desempleo con la que nos sorprendió el virus, el gran número de contratos temporales y la dependencia de sectores muy afectados, como la industria del turismo, hacen a España especialmente vulnerable, señala el club de países industrializados.

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