GrupMicros da el salto a fabricante de maquinaria

La empresa de Vilabella, especializada en etiquetas autoadhesivas y sistemas de identificación automática, empieza a fabricar y comercializar sus propias máquinas

07 febrero 2022 13:18 | Actualizado a 08 febrero 2022 07:39
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Hace poco más de un año, GrupMicros, empresa  familiar con sede en Vilabella (Alt Camp) dedicada a la fabricación de etiquetas autoadhesivas y a la comercialización e instalación de sistemas de identificación automática (lectores de códigos de barras, aplicadores automáticos de etiquetas, software...) decidió dar un paso adelante y empezó a diseñar, fabricar y comercializar sus propias máquinas. En concreto, máquinas para la aplicación de etiquetas.

Empezaron en octubre de 2020 y, desde entonces, «esta línea de negocio está funcionando muy bien», explica Aleix Roig, director general de GrupMicros, que cuenta que durante este año largo han estado fabricando «tanto etiquetadoras estándar como otras a medida para clientes, específicas para sus necesidades».

Maquinaria

Hace algo más de un año, GrupMicros empezó una nueva línea de negocio dedicada al diseño, fabricación y comercialización de maquinaria destinada a la aplicación de etiquetas. De momento, ya tiene tres máquinas estándar en su catálogo.

 

De momento cuentan con tres máquinas propias en catálogo, a las que piensan seguir añadiendo modelos durante este 2022, para llegar a final de año con entre ocho y diez máquinas propias en su cartera de productos. «Están saliendo muchas oportunidades de negocio con la maquinaria», reconoce Aleix Roig, que destaca que, «con la pandemia, la gente tiende cada vez más a la automatización».

La fabricación de etiquetas autoadhesivas conentra el 70% de las ventas de esta empresa

Pero, aunque esta nueva línea de negocio presenta muy buenas perspectivas de futuro (este año incorporarán un nuevo perfil técnico a esta área de negocio, y en 2023 prevén contratar a un par de personas más), la parte fundamental de su facturación sigue siendo la fabricación de etiquetas autoadhesivas, donde se concentra el 70% de los 8,5 millones de euros que facturaron en 2021, mientras que el resto de las ventas corresponden a la línea de negocio centrada en sistemas de identificación automática.

«El negocio principal de GrupMicros -señala Aleix Roig, segunda generación en esta empresa familiar- es la producción de etiqueta autoadhesiva para todos los sectores, desde la industria química a la industria auxiliar de automoción, el sector alimentario o el de la industria cosmética».

Con más de tres millones de metros cuadrados de consumo anual de papel y film, «podemos hacer cualquier cosa en el mundo de las etiquetas», explica Aleix Roig, que añade que donde no llega la capacidad productiva de sus instalaciones en Vilabella puede llegar la red de colaboradores con los que trabajan.

Etiquetas con troquelaje, con agujeros, con relieves de mucho grosor... la sofisticación de algunos diseños y pedidos puede ser alta, y por eso «nos gusta ayudar al cliente cuando todavía está trabajando en la etiqueta con el diseñador, para que se pueda fabricar, pagar y aplicar», explica Roig.

En GrupMicros «trabajamos con infinidad de materiales», donde destaca la especialización en los adhesivos: removibles, muy permanentes, flexibles... cada material está pensado para un uso concreto, y no será lo mismo una etiqueta autoadhesiva para una botella de vino que tenga que estar sumergida en una cubitera que otra que deba aplicarse en un envase de cosmética.

 

El camino de los disqutes a las bodegas del Priorat

 

  • Consumibles informáticos GrupMicros nace en el año 1987 en la ciudad de Tarragona, fundada por Arcadi Roig como una empresa dedicada a la comercialización de consumibles informáticos para empresas, en el triángulo Reus-Tarragona-Valls. Disquetes de ordenador, cintas para impresora o papeles continuos centran sus primeros años.
  • Etiquetas autoadhesivas En 1992, GrupMicros entra en el sector de las etiquetas autoadhesivas y en 1994 crea un departamento dedicado en exclusiva a la venta de impresoras de etiquetas. Llegado el año 1997, se instalan en el polígono industrial de Valls y abren su propia fábrica para producir etiquetas autoadhesivas en una nave de Picamoixons, dejando el negocio de los consumibles informáticos como residual.
  • Vilabella La etapa más reciente de esta empresa arranca en 2002, cuando adquieren una nave industrial de 2.500 metros cuadrados en Vilabella, que les permite concentrar y aumentar su capacidad de producción.
Botellería

Sus clientes van desde grandes empresas multinacionales hasta pequeñas empresas con pedidos de apenas 500 o 1.000 etiquetas. Y, «aunque no hay producciones mínimas, según en qué volúmenes de etiquetas no merece la pena producir», explica Aleix Roig, que añade que la digitalización está permitiendo que la cantidad mínima a partir de la cual sale rentable producir una etiqueta sea cada vez más baja.

Diseño de etiquetas

Aunque la mayoría de clientes de GrupMicros acude a ellos con sus propios diseños para la fabricación de etiquetas autoadhesivas, en esta empresa disponen de un pequeño departamento de preimpresión capaz de dar respuesta a las demandas de diseños personalizados.

Pero si un sector destaca en la línea de negocio de etiquetas autoadhesivas de GrupMicros es el de la botellería. En el año 2006, esta empresa que emplea a unas 50 personas en sus 2.500 metros cuadrados de instalaciones en Vilabella decidió «dar un impulso a las etiquetas autoadhesivas para botellería», explica Aleix Roig.

Esa decisión les ha convertido en «una de las cuatro o cinco empresas que hay en Catalunya capaces de fabricar este tipo de etiquetas», destaca Roig, diferenciándoles de las aproximadamente 250 empresas que en Catalunya fabrican hoy etiquetas autoadhesivas estándar, como las que se colocan en palets y cajas de embalaje.

Industria química, automoción, alimentaria o vinícola son algunos de sus clientes

En su línea de negocio dedicada a las etiquetas autoadhesivas, la botellería supone hoy un 50% de sus ventas, con clientes repartidos principalmente por el Camp de Tarragona y el Penedès. Vino, cava, aceite o vinagre son el destino de sus etiquetas, que «requieren diseños, acabados y máquinas más especializados», explica Roig.

Industria vinícola

La botellería, y especialmente las botellas de bodegas de vino, son la gran apuesta de valor añadido para las etiquetas autoadhesivas que fabrica esta empresa familiar con centro de producción en Vilabella. Al sector del vino se le suman el cava, el aceite, el vinagre o la perfumería.

En esta área de negocio destaca, sobre el resto, la industria vinícola, donde el Priorat, la Terra Alta y el Penedès (Alt Penedès y Baix Penedès) concentran la mayor parte de su actividad. «Aquí -argumenta Aleix Roig- somos grandes productores de vino, y este es un tipo de mercado muy próximo».

Camp de Tarragona y Penedès son también el principal mercado del resto de sus etiquetas autoadhesivas, con clientes del sector industrial, alimentario o cosmético entre sus destinatarios.

El negocio centrado en sistemas de identificación automática (donde entran sus etiquetadoras automáticas, pero también hardware y software de otros fabricantes), por último, tiene en este caso una dimensión estatal, con clientes repartidos por toda España y aproximadamente un 30% de la facturación anual de GrupMicros.

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