‘Handmade’ de Tortosa'

Los hermanos Sara y Francesc Ismael son les propietarios de Wakapaka, una tienda y estudio fotográfico

10 julio 2017 09:12 | Actualizado a 12 julio 2017 07:53
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A un paso del Portal del Romeu de Tortosa, punto de inicio del camino de Sant Jaume del Ebre, los jóvenes hermanos Sara, de 27 años,  y Francesc Ismael, de 31 años, abrieron dos años atrás un proyecto particular. El proyecto Wakapaka. El espacio es una pequeña tienda de venta de objetos de regalo, una buena parte de ellos souvenirs de elaboración propia, y un estudio donde recibir encargos de su cartera de productos de diseño y fotografía.

Sara terminó los estudios de diseño gráfico y junto a su hermano decidieron emprender. Ella se encargaría de la parte gráfica, él de la atención al público, y contarían con la ayuda creativa de sus padres, además de la del marido de Sara.

A finales de 2012 se instalaron en la calle de la Mercè, en una tiendecita de 9 metros cuadrados, y en 2015 se trasladaron a su ubicación actual para unir la tienda con el estudio. «Siempre en Tortosa, en su casco antiguo, nosotros hemos nacido aquí, en el Rastre, y no teníamos duda sobre donde ubicar nuestro negocio», explica Sara.

Una de sus productos más llamativos es la colección de souvenirs de la ciudad con estética handmade. Venden postales y puntos de libro con ilustraciones propias, abanicos pintados a mano con personajes de la cultura popular de Tortosa, reproducciones de la tradicional ‘cucafera’, tazas, imanes y hasta una matrioshka de las pubillas de la fiesta mayor de la Cinta de Tortosa.

Estudio fotográfico
Encima de la tienda disponen de un estudio fotográfico donde ofrecen sesiones para inmortalizar momentos vitales de  las personas. 

Así,  promocionan sesiones para parejas de enamorados denominadas Love session, sesiones para recordar el periodo de embarazo de una mujer, los primeros 15 días de un bebe, reportajes de un bautizo, una comunión y una boda. Además del estudio, Wakapaka se traslada a la casa del cliente o a un exterior elegido entre los dos para tomar las fotografías. 

Los trabajos fotográficos se entregan como un regalo, con las imágenes impresas y soporte digital, dentro de una caja de madera o un envoltorio cuidado de cartrón craft. 

Un complemento a los trabajos fotográficos, especialmente en las bodas y comuniones, son la elaboración de invitaciones, recordatorios  y ‘detallitos’ de boda para los invitados con un diseño gráfico moderno. «De este modo, ofrecemos un pack más completo para los clientes», relata Sara.

La evolución en estos cinco años de negocio ha sido positiva, añade Francesc. «El cambio de local nos ayudó mucho. Primero la gente nos conocía por nuestros servicios de fotografías y ahora también por la tienda». Hoy los encargos fotográficos para bodas, comuniones y embarazos son parte importante del negocio. Cuentan con una página web y una tienda online para reforzar el canal de venta de la tienda. «¿El futuro? Consolidar la empresa e intentar crear cosas nuevas», apuntan los dos.

Wakapaka es uno de los ejemplos de la recuperación  en curso de la vitalidad comercial en el casco antiguo de Tortosa. Con este son varios los negocios que se han instalado en los últimos años alrededor de la catedral, sea de souvenirs de calidad, artesanía, ropa, y diseño gráfico. «En la zona hemos vivido una evolución positiva en los últimos años pero aún se deberían abrir nuevos negocios para activar más el barrio, debemos atraer a más gente, sobretodo de la ciudad», cierra Francesc. 

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