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¿En qué punto se encuentra la Industria 4.0 en Catalunya?
La adopción de la Industria 4.0 es bastante selectiva, con sectores en los que la sensorización ha avanzado más que en otros. Muchas industrias están hoy sensorizadas, pero solo en áreas de control de proceso. Y hay un salto entre eso, sensorizar procesos, y hacer más inteligente tu fábrica por costes, servicio al cliente... No se trata tanto de tener sensores sino de transformar tu fábrica y tu cadena de suministro.
¿Cómo?
Si tenemos una visión de toda la cadena de suministro, la Industria 4.0 es solo una parte. Hay otros aspectos, como las Digital Supply Networks (redes de suministro digitales), que hacen que esa cadena sea más eficiente, más sostenible, con mejor servicio al cliente... En la fábrica ha habido estos años robotización. Ahora toca un segundo paso, que consiste en utilizar los datos para tener una industria que vaya aprendiendo.
¿Y cómo andamos en eso?
Hay diversos grados. Hay empresas que han hecho un piloto y se han detenido ahí. Es lo que yo llamo «el purgatorio de los pilotos». Las empresas se han de transformar para ser escalables, hacer procesos... movilizar toda la organización.
Quizás han querido saltarse algún paso intermedio. Antes del Big Data está el Small Data o, para algunas pymes y microempresas, simplemente My Data. ¿Estamos aprovechando todos esos pequeños datos?
Lo que apunta usted es cierto. Primero hay que entender el proceso del negocio, ver qué puntos has de tratar... todo eso antes que saltar a una tecnología. Y, como bien indica, mucha de la información que necesitas para hacer inteligente tu proceso ya la tienes, pero analizarla te disparará cosas que hasta ahora no tenías. Dicho esto, no todos los datos que tienes son suficientes, aunque lo que puedas hacer ahora con ellos te dará una parte de mejora de proceso.
El grado de implantación de la Industria 4.0 varía según sectores, dice. ¿Quién lo lidera?
El sector de la automoción acostumbra a ser líder en la adopción de muchas tecnologías, y en este caso va por delante. Y quien dice automoción dice también movilidad. Después está el sector petroquímico, en el que Tarragona es referente, que cuenta con un proceso industrial continuo en el que hay mucha sensorización, pero que todavía no ha dado el paso para hacer un uso de los datos para tener inteligencia.
Aprovechar todo el potencial de esos datos...
En efecto. Ahora, los datos que salen de esa sensorización todavía se utilizan fundamentalmente para tareas de control. Falta dar el paso hacia esa industria que vaya aprendiendo.
¿Solo podemos pensar en industrias, cuando hablamos de sensorizar y utilizar datos?
Por supuesto que no. Como concepto genérico hablamos de Digitalización, y es un concepto que también afecta a los servicios. En la industria, eso se traduce en el concepto de Industria 4.0. Y, cuando vamos más allá de la fábrica, con canales de distribución, es lo que denominamos Cadenas Digitales 4.0. Lo que sucede es que, en la fábrica, encontramos más componentes de robotización, en una cadena mucho más integrada. Pero por supuesto que tiene cabida todo esto en el sector de servicios, incluso en el mantenimiento, donde hay gente que da servicio a maquinaria a través de la Realidad Aumentada, con técnicos de apoyo que pueden dar remotamente ese servicio.
¿Cómo explota una pyme sus datos? ¿Por dónde empieza?
Cada vez hay más pymes que dan servicio en consultoría de datos a otras pymes, con capacidad de utilizar determinados softwares, etcétera. Ante este reto, una pyme tiene dos opciones. La primera es crear conocimiento interno, contratando un perfil de Data Scientist para explotar sus datos. La otra es apoyarse en algo de consultoría. A veces, a una pyme le da más miedo meterse en esto que lo que ha de invertir.
¿Y hay que invertir mucho?
Muchas veces puedes aprovechar maquinaria que ya tienes, no estamos hablando necesariamente de grandes inversiones. Luego, tienes muchas startup que están utilizando la impresión 3D para el diseño de piezas.
¿Y más allá del prototipaje, cuándo se desplegará la fabricación aditiva?
Ya se está produciendo. Tenemos producciones 3D con plástico y metal. El año pasado, por ejemplo, entró en producción la primera pieza para aviación comercial fabricada en metal con tecnología 3D, con todas las regulaciones y requisitos que tiene ese sector. Esto hace que tengas que justificar menos el volumen, permitiendo la customización a medida. En este sentido, es un momento bueno para Catalunya con la impresión 3D.
¿Permitirá relocalizaciones industriales?
Ya se están moviendo fábricas desde China hacia aquí, efectivamente. Aquí se implantan fábricas más pequeñas y tecnológicas.
¿Hasta el punto de llevar a imprimir a la copistería de la esquina los productos que adquirimos?
Que tú diseñes el producto y te lo fabriquen terceros en granjas, ya está pasando. Tendremos esas granjas, y fábricas más relocalizadas, con un impacto ambiental menos grande. Pero los fabricantes de un cierto volumen seguirán fabricando ellos.
