La UE prioriza el fondo de rescate MEDE para ayudar a España e Italia

Los ministros de Economía y Finanzas deben fijar mañana una estrategia común de los Veintisiete tras el fracaso de hace ya 15 días

06 abril 2020 06:40 | Actualizado a 09 abril 2020 11:11
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Los jefes de Estado y de Gobierno les devolvieron la pelota el pasado 27 de marzo tras fracasar en una cumbre tensa que reabrió heridas entre los socios del norte y el sur. Así que turno de rebote para sus ministros de Economía y Finanzas, inmersos en un complejo tour de force del que deberían salir fórmulas de respuesta fiscal solidaria para combatir el coronavirus. Y tienen que hacerlo contrarreloj: mañana martes, en videoconferencia del Eurogrupo, deberían fijar y limar detalles. Y el jueves, como fecha tope teórica, entregar el plan a los líderes.

Italia y España les forzaron a este trabajo al límite tras negarse en aquella cumbre a suscribir declaraciones vacías. Lo hicieron después de que Alemania, Holanda, Austria y otros países de la Europa septentrional dijeran «no» a una mutualización de deuda en forma de coronabonos.

Ya entonces, en uno de los múltiples borradores que Madrid y Roma tumbaron, se ofrecía a los dos países más castigados por la pandemia la opción de recurrir al fondo de rescate (MEDE), dotado con más de 400.000 millones de euros. Pero sin relajar las condiciones estrictas (léase recortes, reformas estructurales y visita periódica de los ‘hombres de negro’) que se vinculan a este paracaídas.

Una semana después, el MEDE sigue siendo la principal hipótesis de trabajo, pero con condiciones más laxas. Junto a él, tendrán encima de la mesa la propuesta francesa de un fondo de emergencia limitado, finalista (solo para el reinicio económico poscrisis) y acotado en el tiempo. Los ministros intentarían también otorgar un mayor papel al Banco Europeo de Inversiones (BEI). Y deberían además dar luz verde a la propuesta, conocida como SURE, que lanzó esta semana la Comisión Europea (100.000 millones de euros para pagar los ERTEs).

Los ministros deberían evitar la frustración por la ausencia de eurobonos. Pese al discurso suavizado de Países Bajos y Alemania en los últimos días, no hay replanteamiento.

Nueve socios (Francia, Italia y España a la cabeza), el propio BCE y otras instituciones internacionales, la considerarían idónea. Pero Alemania y Países Bajos pueden financiarse hoy a tipos de interés muy bajos. Mutualizar el riesgo o, lo que es lo mismo, responder no solo por su deuda sino también por la de los demás, tendría un efecto rebote que elevaría el coste de sus bonos.

En cuanto a los datos macro, los fundamentales son la deuda pública y el déficit. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento fija un rango medio del 60% del PIB para la primera. Y un 3% para el segundo. Hasta en tres ocasiones Bruselas amenazó a Italia el pasado año con activar un procedimiento sancionador por disparar su endeudamiento por encima del 130% del PIB. El de España ronda el 97%. Frente a ambos, Países Bajos computa un 52% y Alemania, el 60,9%.

En lo que se refiere al déficit, a España, antes de que el coronavirus estallase, Bruselas le pedía un ajuste equivalente al 0,65% de su PIB, unos 7.800 millones de euros. No ha habido esfuerzos suficientes para corregir esas variables. Y ese es un mazazo a la credibilidad.

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