La banca toma posiciones para más fusiones tras la de CaixaBank y Bankia

Todas las miradas se dirigen a Unicaja y Liberbank, Abanca e Ibercaja aunque ni Sabadell ni Santander o BBVA quieren quedarse descolgados de los movimientos

06 septiembre 2020 06:40 | Actualizado a 06 septiembre 2020 08:17
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El mapa bancario ha iniciado una nueva reconversión en forma de fusiones que llevará a la desaparición de más entidades, absorbidas, integradas o compradas por otras. A pesar de los ajustes que se han ido practicando desde la anterior crisis -la que comenzaba en 2008- aún ‘sobran bancos’ en España. Lo venían advirtiendo los supervisores nacionales y las autoridades europeas. Y la pandemia del coronavirus solo ha servido para comprobar la necesidad de este tipo de operaciones para mejorar la rentabilidad y asegurar la viabilidad de un negocio lastrado ya de por sí por los tipos en mínimos desde hace seis años.

El anuncio realizado por CaixaBank y Bankia el jueves ha abierto la puerta para que el resto de firmas comiencen a moverse. Algunas firmas se encuentran desde hace meses en el centro de todas las miradas. Ocurre con Banco Sabadell, la corporación que precisamente estuvo a punto de adquirir Bankia. Fue una opción que, como indicó el presidente del banco catalán, José Oliú, pudo estar «encima de la mesa». Pero no fructificó. Y el propio Sabadell tiene ahora «más presión», apuntan fuentes del sector. Si la Bolsa reaccionó al alza el viernes con la noticia de la fusión, también comenzará a vender títulos si alguno de los bancos en la diana no realiza movimientos en ese sentido. Entre los dos grandes, Santander aún está terminando de digerir la adquisición del Popular en 2017. Y aunque BBVA ve «lógico» que se especule con fusiones, no es su prioridad y descarta compras «salvo que haya oportunidades», como apunta siempre su presidente, Carlos Torres. Sin embargo, ninguno de ellos quiere ni puede quedarse descolgado de estos movimientos.

Las regionales, en la diana

Hace ya once años se produjo la intervención del Banco de España en Caja Castilla La Mancha, la primera entidad de carácter autonómico que no resistió los envites de la crisis y tras la que se inició una oleada de fusiones bancarias que aún hoy, más de una década después, sigue en vigor. Todas las miradas se dirigen a las cuatro entidades regionales que previsiblemente protagonizarán algún movimiento a medio plazo: Unicaja y Liberbank (el anuncio de la fusión entre ambas corporaciones cayó en saco roto, a pesar del anuncio oficial de las negociaciones); Abanca, que también hizo el amago de adquirir Liberbank, pero las exigencias de la CNMV le obligaron a parar la operación; e Ibercaja. De esta ecuación se salva Kutxabank por decisión propia: sus gestores mantienen un plan autónomo (ya asumió CajaSur en la anterior crisis), y seguirá controlada por las fundaciones de las cajas vascas, sin expectativas de salir a Bolsa.

En la banca española apenas quedan apenas quince grupos de las casi cincuenta entidades activas que había hace una década. Una vez superada la anterior recesión, es la nueva realidad la que les obligará a integrarse: la necesidad de digitalizarse; y los competidores ajenos al sector puramente bancario. Se precisan cantidades ingentes de dinero para acometer estas inversiones y solo con más tamaño lo lograrán. Todos esos factores se han visto agravados ahora por el coronavirus.

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