La caja de bombones de Forrest Gump

Jaume Polo ha ideado una propuesta de ocio con planes sorpresa, que el usuario sólo conoce al detalle 48 horas antes de disfrutarlos

11 diciembre 2017 15:20 | Actualizado a 11 diciembre 2017 15:44
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Dos frases quedaron para el recuerdo en la película Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994). La primera era «Corre, Forrest, corre». La segunda la repetía Tom Hanks, sentado en la parada de autobús, a cualquiera que se le acercara: «La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar». La versión experiencial de la caja de bombones de Forrest Gump nos la propone ahora Jaume Polo (Tarragona, 33 años) con su proyecto Zurprais.

¿Qué es Zurprais? La clásica tarjeta regalo experiencial (una cena romántica, un paseo a caballo, una sesión de spa)... pero sorpresa. Hasta 48 horas antes, no sabes qué te tocará. Y ahí está la magia. «Como si nuestra pareja nos llevase un día a hacer un plan sorpresa», explica Jaume Polo.

Pero que nadie se asuste: es una sorpresa controlada. Si sus expectativas estaban cerca de un masaje con aceites esenciales y una cena romántica, no va a tener que lanzarse en parapente. La sorpresa tiene sus límites, y esos límites los pone uno mismo.

¿Cómo funciona? Lo primero es elegir una categoría de entre las diez posibles: Bienestar, Gastronomía, Bienestar & Gastronomía, Cultura & Gastronomía, Aventura, Aventura & Gastronomía, Adrenalina, Estancia & Nieve, Estancia & Gastronomía y Estancia Bienestar & Gastronomía. Una vez seleccionada, se afina algo más.

«Con nosotros, el cliente no ha de ir a buscar precio, sino una sorpresa agradable»

Si por ejemplo elegimos Gastronomía, podemos decidirnos por el paquete Saborea (una cata de vinos, un tapeo), Menú Gourmet (un menú degustación) o Gastronomía de Autor (un menú degustación exclusivo). Cada uno con un precio cerrado, con ofertas que van, dependiendo del área que se elija, desde los 29 euros hasta los 219 euros. 

Con estas condiciones previas fijadas, dos días antes de la fecha indicada conoceremos qué ‘nos ha tocado’. Hay derecho a cambio. Pero cuenta Jaume Polo que, desde que arrancó el pasado mes de junio tras una inversión inicial de 10.000 euros, «nadie se ha echado hacia atrás» con las propuestas sorpresa que le han llegado. Asegura que, para un determinado perfil de cliente, todos son ventajas: «No tener que discutir, pensar, ir buscando...». Aunque admite que «la sorpresa no es para todos, no le gusta a todo el mundo».

Hasta la fecha, Zurprais, que opera 100% por Internet, ha cerrado medio centenar de acuerdos con proveedores catalanes. El usuario, tras elegir categoría y precio, puede fijar la fecha, el tramo horario y la localización, con un radio máximo de 50 kilómetros sobre el punto indicado.
El bienestar con gastronomía es lo que, hoy por hoy, concentra el 50% de sus ventas, seguido por la adrenalina (un 25%), la aventura (15%) y el resto de opciones en porcentajes mucho menores.

Dice Jaume Polo que, tras el empacho de empresas de cuponeo (ofertas de experiencias con cupones descuento), que terminaron con la paciencia de los proveedores, hartos de sufrir presiones constantes para rebajar precios, su propuesta es «ni hacer ni obligar a descuentos: mantenemos el precio del proveedor y aplicamos una comisión».

«Con nosotros -añade-, el cliente no ha de ir a buscar precio, sino una sorpresa agradable». De cara al año que viene, su intención es abrir Zurprais en Madrid «y conseguir inversores» en redes de Business Angels. Hoy son seis personas involucradas a tiempo partido. Confía que para la próxima primavera puedan ser ya dos a tiempo completo.

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