La construcción tiene la llave de la creación de empleo en la provincia de Tarragona

La construcción tiene la llave de la creación de empleo en la provincia de Tarragona en los próximos años y el mercado de trabajo no se normalizará hasta que este sector vuelva a crecer.

Así de claro lo tienen desde la Confederació Empresarial de la Província de Tarragona (Cepta), entidad que ayer presentó un estudio que analiza la evolución de la economía tarraconense desde 1950 hasta 2018, un informe que –entre muchas de sus conclusiones– también revela que la industria no tiene demasiado margen de crecimiento a nivel provincial, igual que el sector terciario (servicios), a no ser que se lleven a cabo grandes inversiones, como por ejemplo el complejo Hard Rock Entertainment World, en Salou y Vila-seca.

El jefe de gabinete de estudios de la Cepta, Juan Gallardo, dio en la diana ayer durante la presentación del estudio sobre la economía de la provincia: «Para reducir el paro habrá que dinamizar la construcción, tanto de viviendas, como de equipamientos y obra pública».

En este sentido, Gallardo aseguró que las políticas de austeridad son buenas para algunas cosas, pero en cambio no tanto para otras, ya que «son un freno para el estímulo de la actividad, y esto ha provocado que la construcción todavía no haya salido de la crisis iniciada a finales de la pasada década». Por ello pidió que las administraciones pongan en marcha proyectos de construcción de equipamientos e infraestructuras.

Por lo que respecta a la bolsa de vivienda señala que «está muy repartida», ya que hay pisos sin vender en zonas con un bajo crecimiento demográfico o destinadas a segundas residencias, y en cambio en localidades donde crece la población la oferta es baja.

Cuestionado sobre si existe un modelo económico propio en la provincia de Tarragona forjado durante estos últimos 70 años (período que abarca el estudio), Gallardo cree que «no, porque la convivencia entre el sector químico y el turístico puede encontrarse en otras ciudades españolas, como Castellón, Cartagena, Cádiz o Huelva».

No obstante, el jefe de gabinete de estudios de la Cepta sí que valoró muy positivamente «el buen nivel de convivencia entre estos dos sectores», algo inédito en el resto del Estado. Prueba de ello serían «las demandas de mejora de infraestructuras, una inversión importante para mejorar la posición competitiva de la industria y el sector servicios».

Productividad y eficiencia

Los tres sectores económicos, con la construcción al margen, han evolucionado de diferente manera durante los últimos 70 años en la provincia de Tarragona, cuya economía ha ganado en productividad y eficiencia desde 1950 hasta nuestros días. El sector primario (agropecuario) suponía en 1950 el 23% del Valor Añadido Bruto (VAB) de la demarcación, con el 54% de la población ocupada en este sector. Setenta años después, este VAB ha caído estrepitosamente hasta el 1,47% y solamente un 5,11% de la población ocupada en nuestra provincia trabaja en la agricultura, la ganadería o la pesca.

En cambio, el peso de la ocupación en el sector secundario, la industria, se mantiene en el decurso del período (1950-2018), a pesar de evidenciar cambios muy limitados. La provincia de Tarragona se industrializó, especialmente, entre los años 60 y 70, pasando del 14% en 1950 al 36% en 1980.

Desde entonces, ha ido perdiendo peso en beneficio del sector terciario (servicios), que ha crecido hasta el 68,71%. No obstante, Juan Gallardo quiso dejar claro ayer que «no hay un proceso de desindustrialización en Tarragona». De hecho, el peso de la industria en nuestra provincia es superior al de Catalunya (21,5%) y España (17,6%).

Sexta provincia en PIB

El estudio presentado ayer también revela que el comportamiento del PIB por cápita de la economía de la demarcación de Tarragona evoluciona de una forma similar a las cifras de Catalunya, excepto del período 1950-1970. Cabe recordar que el intenso proceso de industrialización experimentado por la provincia y el resto de España provocaron que el diferencial existente entre Catalunya y el resto de ámbitos geográficos se fuese reduciendo progresivamente,

El informe destaca que la posición de la provincia de Tarragona entre todas las provincias españolas, en términos de PIB por cápita, no ha variado sustancialmente desde 1950, manteniéndose siempre entre las diez primeras.

Mientras que en 1950 ocupaba la décima posición, en 2016 era la sexta. Por último, el jefe de gabinete de estudios de la Cepta calificó de «gran desconocida» la potencia de la economía tarraconense.