La familia de cervezas locales aumenta

Pol Martín lleva creadas ya dos marcas artesanas en poco más de seis meses: una en el Alt Camp y otra en la Conca de Barberà

04 diciembre 2017 12:55 | Actualizado a 04 diciembre 2017 13:00
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Montblanc ya tiene cerveza propia. Artesana, local y de proximidad. ¿Suena familiar? Quizás porque le viene de familia. La Montblanquina es la hermana pequeña de La Vallenca, la cerveza que Pol Martín (24 años, La Riba) sacó al mercado el pasado mes de junio, y de la que lleva ya más de 10.000 botellas vendidas en seis meses.

Este joven emprendedor, que reside en Montblanc y se dedica desde hace cuatro años a la distribución y asesoramiento de bebidas premium bajo la marca Gintoniza, ha entrado ahora en el mundo de las cervezas locales. Tras La Vallenca, su nueva hermana, La Montblanquina, lleva vendidas más de 1.500 botellas en poco más de un mes.

La cerveza se distribuye en una treintena de comercios, bares y restaurantes de la Conca de Barberà, donde además de Montblanc se encuentran municipios como Blancafort o Poblet. Se considera del tipo English Golden Ale, similar a la Blonde Ale pero con un color más dorado, un sabor de malta más dulce y con menos graduación alcohólica.

Con un obrador externo en Alcover (Alt Camp) «porque no queríamos invertir mucho dinero en uno propio, ya que estamos en los inicios», explica Pol Martín que «apostamos por hacer cervezas versátiles para todos los gustos y llegar al mayor número de gente posible». 

Compromiso. Un 5% de los beneficios se destinan a los actos de la ‘Setmana Medieval’

Cuenta que La Montblanquina es una cerveza apta para los que no están acostumbrados a beber. Su carácter local se distingue a simple vista por la etiqueta. En ella aparece una ‘Dúctia dansaire’ (un personaje de la Setmana Medieval de Montblanc), la iglesia de Santa Maria y el símbolo de Pere Berenguer. Además, la Montblanquina destina un 5% de los beneficios a la Associació Llegenda de Sant Jordi, que gestiona los actos de la Setmana Medieval. 

Reconoce que asociarse a la historia y las tradiciones es un gancho para el turista: «Es un valor añadido, ya que Montblanc es un reclamo para mucha gente», cuenta Martín. 
Aunque es pronto para valorarlo, creen que La Montblanquina tendrá buena acogida. De momento el reto es que «el producto se afiance en la zona, que seamos la cerveza artesana por excelencia y que crezcamos más en el territorio», relata Martín. Por ahora las dos hermanas seguirían en sus casas con su familia. Las cervezas representan un 5% de la facturación total de Gintoniza. Quiere aumentar ese porcentaje hasta un 20% en seis meses. «Estamos satisfechos de los resultados hasta ahora», explica el joven.
Pol Martín ha estudiado un grado medio en fabricación mecánica, un grado superior de diseño y fabricación mecánica y una ingeniería de diseño industrial. Desde siempre ha tenido la inquietud de emprender. «Siempre me ha llamado mucho la atención el mundo de la restauración, pero no me había planteado nunca dedicarme a esto», añade.

Con tan sólo 19 años ya creó la empresa Gintoniza, con tienda online: «Estudiaba la carrera  y trabajaba a la vez», explica. La idea principal de este joven emprendedor era hacer picking de los productos que le llegaban a su piso de estudiante y compaginar sus estudios de la Universidad Politécnica en Vilanova i la Geltrú.

Gintoniza hoy es un negocio profesional que además hace cervezas artesanas y de proximidad bajo la marca local beers. ¿Aumentará la familia de cervezas? Todo es posible.

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