La sorpresa fiscal que esconde el bono vivienda: hasta 900 € más de IRPF al año

Durante la pasada campaña de la declaración de la Renta muchos trabajadores que habían estado en ERTE durante el 2020 –y que al tener rentas inferiores a los 14.000 euros nunca habían estado obligados a presentar la declaración– vivieron una situación inesperada: tener que devolver a Hacienda parte del dinero cobrado por parte del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), al considerarse este un segundo pagador a efectos del IRPF.

La situación puede repetirse con los beneficiarios del bono vivienda, una de las medidas estrella presentada hace pocas semanas por el Gobierno central para hacer frente a los problemas al acceso de un piso de alquiler por parte de los jóvenes.

Hasta ahora se ha sabido que el bono vivienda está planteado como una ayuda de 250 euros mensuales durante dos años para personas entre 18 y 35 años, con contrato de trabajo en vigor y una renta anual máxima de 23.725 euros.

Hasta aquí todo es correcto. Pero desde el sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) ya han advertido que esta ayuda traerá consigo un coste fiscal que no esperaban muchos jóvenes.

Fuentes de este sindicato han recordado al Diari que «la Ley del IRPF exige la presentación de la declaración de la Renta cuando una persona obtiene rendimientos sin retención de Letras del Tesoro, subvenciones para la adquisición de una Vivienda de Protección Oficial (VPO) o de precio tasado y ayudas públicas (ganancias patrimoniales salvo que se declare la exención), con el límite conjunto de 1.000 euros anuales».

Eso significa, según prosiguen desde Gestha, que «esta obligación surge con este bono vivienda, aunque no existan rendimientos del trabajo o no superen los 22.000 euros anuales (o los 14.000 cuando proceden de más de un pagador). Por lo tanto, con cuatro pagos del bono en cuestión (250 x 4 = 1.000) se exigirá presentar la declaración del IRPF, aunque eso no significa que exista un pago en todos los casos».

¿A quién le tocará pagar?

Según la estimación realizada por los Técnicos del Ministerio de Hacienda en base a las tablas nacionales, el 54,3% de los potenciales beneficiarios del bono vivienda no tendrán repercusión fiscal en el IRPF, ya que tienen un salario muy bajo. Entre estos, el 32,4% tiene unas rentas anuales inferiores a 6.300 euros, mientras que el 21,9% restante ni supera los 12.600 euros. Serían estos dos tramos los que se librarían del golpe fiscal del bono.

No obstante, y según recuerdan desde Gestha, «esta ayuda podrá suponer un coste fiscal al 33% de los potenciales beneficiarios, al tener que añadir ese bono al resto de sus ingresos anuales y estar obligados a presentar la declaración del IRPF».

Las cantidades a pagar a Hacienda variarán según los ingresos brutos de cara persona. Así (tal y como se explica en la tabla que acompaña esta información), aquellos jóvenes que tengan un sueldo íntegro de 15.579 euros anuales y perciban el bono pasarán de no tener que pagar nada a devolver un total de 848,7 euros, ya que se base liquidable ascendería desde 7.017 hasta 10.017 euros. El aumento de la cuota sería de 781,1 euros para quienes ingresen un sueldo de 21.600 euros anuales, y de 899 euros para quienes cuenten con un sueldo de 23.700 euros al año, casi en el límite máximo marcado para poder solicitar el bono vivienda.

Propuestas

Para evitar esta situación, tal y como publicaba hace unos días el diario El Mundo, desde Gestha propondrán al Ministerio de Hacienda que el bono vivienda se configure como una ayuda neta (aunque esto suponga que la cantidad para los beneficiarios sea algo menor) y exenta de tributación. Aunque desde este ministerio parece que no estén demasiado por la labor ya que han recordado que, por definición, todas las ayudas tributan, como sería el caso de este bono vivienda para los jóvenes.