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La actual crisis sanitaria ha traído consigo una crisis económica sin precedentes y, por qué no decirlo, la aceleración de una serie de tendencias positivas que venían despuntando desde hace un tiempo y están destinadas a marcar el futuro de nuestro planeta.
«La crisis es inevitable, pero no así el modo en que salgamos de ella»En el caso del sector energético, la transición verde, cuyo objetivo último es la construcción de un entorno más sostenible, se ha posicionado como una de las palancas clave en la reactivación económica. El mercado de la energía está cambiando de manera profunda, virando hacia las emisiones bajas en carbono e impulsado por las expectativas de la sociedad, la tecnología y las preferencias de los consumidores. Sin lugar a dudas, la recuperación será verde, o no será.
La seria apuesta de BP por esta transición arrancó hace muchos años, pero es recientemente cuando ha dado el salto definitivo hacia su reinvención desde una compañía petrolera centrada en la producción de recursos a una empresa de energía integrada y enfocada en la entrega de soluciones a nuestros clientes.
Para cumplir este ambicioso objetivo, nos hemos propuesto algunas metas clave, como conseguir que todas nuestras operaciones dejen de generar emisiones en 2050 o incluso antes, alcanzar cero emisiones netas en la producción de petróleo y gas en ese periodo, o una reducción el 50% en la intensidad del metano en todas las estaciones de procesamiento de estos productos. Todo ello, además, vendrá acompañado de un recorte del 50% en la intensidad de los productos que comercializamos, así como de importantes inversiones en investigación, tecnología y en negocios renovables y con bajas emisiones de carbono con potencial para apoyar la transición energética.
Es este punto, el de la colaboración con terceros, uno de los más importantes: en BP tenemos claro que únicamente entre todos podremos alcanzar esta meta. Por ello, desde la compañía promovemos políticas climáticas en todos los ámbitos, como el apoyo a un establecimiento del precio de carbono; hemos aumentado el porcentaje de remuneración vinculado a la reducción de emisiones para miles de nuestros profesionales; nos hemos sumado en la lucha global a través de la vinculación con asociaciones sectoriales de todo el mundo; abogamos por el desarrollo efectivo de buenas prácticas y estándares de transparencia, básicos en esta lucha; y hemos formado un grupo de ayuda para acompañar a agentes como países, ciudades o empresas pequeñas en la aceleración de sus distintos procesos de descarbonización.
La crisis es inevitable, pero no así el modo en que salgamos de ella. Depende de todos que ese futuro verde y próspero para todos se haga realidad lo antes posible.
