Las empresas se fijan en los coches eléctricos

El parque automovilístico español tiene una antigüedad media de 13 años. Este hecho, el envejecimiento de las flotas, obliga a que no solo los consumidores particulares sino también las empresas privadas y públicas tengan que empezar a replantearse cómo se procede a su renovación y modernización para enfocar el mercado hacia la movilidad sostenible. 

Resulta evidente que este proceso pasa por generar conciencia medioambiental y, por tanto, por la responsabilidad social de sensibilizarse ante la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera. ¿Y, cómo se consigue? Planteando la adquisición y uso de vehículos híbridos o eléctricos y desechando la posibilidad de seguir con flotas de combustión.

España y Europa en su conjunto han empezado a legislar sobre la transición energética y, entre las acciones para fomentar la sostenibilidad, se incentiva la movilidad eléctrica. Así, durante los primeros meses del 2019 se han matriculado 5.260 unidades de turismos eléctricos en España (un 93,4% más que durante el mismo período de 2018), una cifra que contrasta con la situación del mercado automovilístico en su conjunto, que en mayo ya había caído un 7,3% por noveno mes consecutivo, según datos de ANFAC.

Recientemente, se ha publicado el I Observatorio de la Movilidad Sostenible en España, presentado  por la Fundación Ibercaja y por la firma Grant Thornton. En el documento se da detalle del estado de la cuestión. Las empresas privadas que tienen flotas de vehículos ya empiezan a caminar hacia la movilidad eléctrica con el objetivo de ser más eficientes.

En este sentido, el 80% de los directivos del ámbito de la movilidad sostenible en España opina que la tendencia es ir hacia una movilidad sostenible y considera que las principales fábricas del país realizarán las inversiones oportunas para adaptar su fabricación a las nuevas tendencias. De hecho, en la actualidad, las flotas de vehículos resultan ser una combinación de vehículos que funcionan con combustión y vehículos eléctricos o híbridos.

Endesa, por ejemplo, está invirtiendo para que el año que viene o el otro, la mitad de la flota de vehículos de los que dispone sean eléctricos. De hecho, se prevé que antes de terminar el año 2019, la empresa disponga de una flota de 400 vehículos híbridos y 250 eléctricos al 100%. 

Los retos

Uno de los grandes retos a los que los fabricantes tienen que hacer frente es tratar de aumentar la autonomía de los vehículos eléctricos para que a las empresas les resulte rentable adquirir estos vehículos más respetuosos con el medio ambiente. Según el I Observatorio de la Movilidad Sostenible en España, se tendría que poder llegar a una autonomía de 500 kilómetros, lo que supone una inversión importante en investigación para poder ampliar la duración de las baterías.

Desde AEGFA (Asociación Española de Gestores de Flotas de Automóviles), Oriol Ribas,  habla de la «ansiedad de la autonomía» y  señala que, otro de los grandes retos es mejorar y ampliar las infraestructuras de recarga, que ahora son «precarias», aunque augura que en los dos próximos años habrá cambios importantes.

Los fabricantes también tienen que trabajar para ofrecer un abanico más grande de posibilidades de compra y ampliar su oferta. Actualmente, en el mercado automovilístico no hay, por ejemplo, furgones de grandes dimensiones que sean híbridos o eléctricos, y tampoco 4x4.

Empresas privadas y particulares ya están por la transición energética, así como las administraciones públicas, que también transforman sus flotas de vehículos.