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La temporada turística sigue dejando cifras positivas. Las pernoctaciones en la provincia de Tarragona aumentaron un 2% en agosto –respecto al mismo mes del año pasado– con una ocupación del 83,9 %. En la Costa Daurada central llegó al 89,8 %, según datos facilitados por el Observatori Turístic del Parc Científic i Tecnològic de Turisme i Oci de Catalunya.
Los hoteles de Cambrils, Salou y Vila-seca alcanzaron el 93,2 % de ocupación, los campings el 82,8 % y los apartamentos el 85,5 %. En total, sumaron 2,45 millones de pernoctaciones, con una estancia media de cinco noches, similar a la de años anteriores. «Se han confirmado las perspectivas positivas que existían al inicio del periodo estival», afirma Eduard Farriol, presidente de la Federació d’Empresaris d’Hostaleria i Turisme de la provincia de Tarragona. Los atentados apenas han tenido incidencia.
El mercado nacional registró un buen comportamiento, con un incremento del 3,76 %; aunque las mayores subidas fueron de visitantes rusos (+33,4 %) e italianos (+25,8 %) –animados por el primer crucero de Costa con base estable en Tarragona y Ferrari Land–. También han repuntado los turistas de la República Checa, Eslovaquia, Polonia y Bulgaria, países que «cada vez tienen más presencia entre nosotros debido al buen trabajo de promoción de nuestro destino que se ha llevado a cabo en los últimos años en esa zona», apunta Farriol.
Pasado el grueso del verano –en julio las pernoctaciones crecieron un 4 %–, las previsiones de la Federació d’Empresaris d’Hostaleria i Turisme de la provincia de Tarragona para septiembre son también «positivas». «Los establecimientos de Salou, Cambrils y Vila-seca llegaron casi al 80 % en 2016 y este año, pese a que todavía nos quedan plazas por vender, esperamos que las cifras sean similares», explica el presidente de la patronal turística.
El clima volverá a ser decisivo –resalta Farriol– para tener buenos resultados y que se activen las reservas de última hora, sobre todo de cara a los fines de semana.
El sector del camping espera que «hasta el 11 de septiembre, la ocupación en bungalows sea alta y, a partir de esa fecha, bajará porque se acaban las vacaciones escolares». En cuanto a los apartamentos, «de momento las ventas son similares a las de 2016. En septiembre no tienen tantos clientes como los hoteles ya que, por ejemplo, no ofrecen un servicio de pensión completa», apunta Farriol.
