Las pymes se suman a la digitalización

La adopción masiva de herramientas y procesos digitales entre las empresas a consecuencia de la Covid-19 entra en su fase de balance: son muchas las empresas que van a seguir en el camino de la transición digital

11 octubre 2021 09:42 | Actualizado a 11 noviembre 2021 18:48
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La digitalización no ha sido opcional. Con el estallido de la pandemia de Covid-19, la declaración del estado de alarma y los confinamientos, no hubo empresa, por analógica que fuese, que no intentase usar cualquier tecnología digital a su alcance para mantener su actividad. La transformación digital se aceleró e impactó en sectores y empresas diversos. Con la intuición del fin de la pandemia en el horizonte, ¿qué queda de todo ello y qué depara el futuro?

El 74,1% de las pymes de las comarcas de Tarragona considera que el teletrabajo tiene un impacto positivo sobre la conciliación

La semana pasada, las cátedras de Innovació y Emprenedoria de la Universitat Rovira i Virgili ( URV), junto a la Fundació URV y Grupo Castilla, celebraron en la Facultat d’Economia i Empresa de la URV en Reus una jornada titulada La digitalització com a resposta davant la Covid-19, en la que se presentó un estudio donde se analiza el proceso de transformación digital en todo tipo de empresas del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre.

Mercedes Teruel, directora de este estudio, además de directora de la Càtedra per al Foment de la Innovació Empresarial de la Universitat Rovira i Virgili (URV), resume así sus conclusiones de cara al futuro: «La tendencia de las empresas es a seguir digitalizándose, pero detectamos una situación de dobles velocidades en estos procesos».

«Aumenta el riesgo de que haya una brecha tecnológica entre empresas» - Mercedes Teruel, URV

«Hay empresas que han continuado este proceso de digitalización -explica Teruel-, mientras que otras, por su naturaleza, tienen más difícil hacerlo, como es el caso de las industrias. Pero lo que sí hemos visto es que, a raíz de la Covid-19, algunas de estas empresas quieren seguir digitalizándose con Inteligencia Artificial, robots... Las que estaban más digitalizadas tienen más tendencia a seguir digitalizándose, y esto aumenta el riesgo de que haya una brecha tecnológica entre empresas».

El peligro de que la aceleración de la transformación digital ensanche a partir de ahora la brecha entre aquellas empresas que han decidido que ya ‘ha pasado el bache’ y ‘todo vuelve a lo de antes’, frente a las que han tomado consciencia de la necesidad de insistir en este proceso está ahí. Y, pese a que cada empresa es un mundo y cada sector tiene sus particularidades, Mercedes Teruel no esconde que «el tamaño es un factor».

  • Tres respuestas antes el confinamiento
  • Producto o servicio: se da como respuesta a la Covid-19 cuando la empresa ha visto aumentada la demanda de un producto o servicio con un elevado componente tecnológico (cloud, ciberseguridad...) o ha tenido que adaptar su producto o servicio a la virtualidad obligada, como es el caso de la educación. 
  • Canal comunicativo y de ventas: ha sido una respuesta común y transversal, tanto a nivel interno como externo en las organizaciones, caracterizada por una democratización de los canales comunicativos e informativos. Destacan el trabajo en remoto y las comunicaciones con clientes y proveedores a través de herramientas virtuales. 
  • Cambios en procesos internos de la empresa: Se detecta una mayor frecuencia de esta tipología de respuestas en empresas industriales o con procesos de fabricación importantes, donde se acentúa la importancia de la extracción de datos y su automatización para mejorar la toma de decisiones. 
Las pymes, por su dimensión, y pese a haber entrado masivamente en este proceso de transformación digital en el último año y medio, tienen un riesgo mayor de terminar en el lado indeseado de esa brecha digital. «No es lo mismo, obviamente -ilustra esta economista-, una empresa multinacional que tiene un directivo tecnológico que una empresa más pequeña que solo tiene un ingeniero».

«El hecho -prosigue Mercedes Teruel- de que tengamos un predominio de empresas pymes supone para nosotros una dificultad como territorio para estar en la primera línea de la digitalización, tanto por falta de empresas medianas-grandes como por la dificultad de atraer inversiones de grandes empresas que instalen aquí centros innovadores».

«La conclusión -insiste Mercedes Teruel- es que la pandemia ha conducido a la aceleración de un proceso de digitalización que ya se estaba produciendo, de manera muy suave, a través de determinadas plataformas, y el reto ahora está en la digitalización profunda de las empresas, con la introducción de la Inteligencia Artificial y la robotización. Y aquí, no todas las empresas lo tienen igual de fácil, tanto por la naturaleza de su actividad como por su tamaño».

  • El futuro del teletrabajo
Esa diversidad es la que recoge Pimec, patronal de micro, pequeñas y medianas empresas, en su reciente informe titulado El teletreball després de la Covid-19. En base a una encuesta realizada a sus asociados, un 45% de las empresas de la demarcación de Tarragona consultadas asegura que, tras la experiencia de esta pandemia, se han planteado implantar el teletrabajo de manera permanente. Otro 55%, sin embargo, no se lo plantea.

«Tanto las empresas como los trabajadores han visto que el teletrabajo traerá beneficios a todos»

Jordi Ciuraneta, presidente de Pimec Tarragona, explica que «tenemos que ver qué tipología de empresas tenemos y qué tipo de trabajo es teletrabajable», pero vaticina que «todo aquello que se pueda teletrabajar, se irá implantando, porque tanto las empresas como los trabajadores han visto que es una manera de trabajar que traerá beneficios a todos».

«Con el teletrabajo hay un aumento de la productividad, la conciliación sube hasta las nubes y mejora el compromiso», destaca Ciuraneta, que añade: «Al final, el que no trabaja, no trabaja ni en casa ni fuera de casa. Y desde las empresas, entendemos que la gente es responsable».
En su informe, un 74,1% de las empresas encuestadas por Pimec  destacan la conciliación como el principal beneficio de la implantación del teletrabajo, seguido por el aumento de la productividad, con un 43,1% de respuestas, y el mayor compromiso, con un 34,5%.

En el otro lado de la balanza, la comunicación interna, con un 60% de las respuestas, es la mayor damnificada por los efectos negativos del teletrabajo. A mucha distancia, un 28,6% de los encuestados piensa que el teletrabajo impacta negativamente en la seguridad de la empresa, y un 24,5% en la productividad, quedando este último indicador veinte puntos por debajo de quienes, por el contrario, creen que el teletrabajo tiene un impacto positivo en la productividad.

La apuesta hoy es por los «modelos híbridos, porque está claro que el teletrabajo no sustituirá todo el trabajo, a menos que por ejemplo seas un despacho de profesionales liberales, donde entonces sí que puedes aplicarlo al 100% de la plantilla», explica el presidente de Pimec Tarragona.
En esos modelos híbridos, quienes en la demarcación de Tarragona se están planteando implantar el teletrabajo de forma permanente, más allá de la coyuntura forzada por la pandemia, optan de forma mayoritaria, con un 33,3% de las respuestas, por una fórmula en la que esta modalidad de trabajo abarque un 50% de la jornada semanal o, lo que es lo mismo, 2,5 días a la semana de lunes a viernes.

Un 45% de las empresas de la demarcación de Tarragona consultadas por la patronal Pimec se ha planteado implantar el teletrabajo de forma permanente

Otro 25% de los encuestados en Tarragona opta por dedicar dos días a la semana (un 40% de la jornada semanal) al teletrabajo, mientras que un 16,7% asegura que piensa destinar entre un 80% y un 100% de la jornada (entre 4 y 5 días a la semana).

«Pienso que nada en la empresa volverá a ser como antes -explica Jordi Ciuraneta-, y por eso desde organizaciones como Pimec estamos planteando estos modelos híbridos, porque si ha habido empresas que hicieron teletrabajo en su momento es que lo podían hacer».
Ahora, añade Mercedes Teruel, de la URV, «hay una necesidad de cambio para sistematizar el teletrabajo, que nos llevará a pensar cómo gestionar las reuniones, en qué momentos periodificarlas...». El salto a partir de este momento, y pasada la primera experiencia masiva de teletrabajo, va a ser cualitativo. 

«Es cierto -coincide Jordi Ciuraneta, de Pimec Tarragona- que hay reuniones y determinados tipos de trabajo que necesitan esa presencialidad, pero no creo que sea un ‘todo o nada’, y cada empresa adaptará su situación y analizará qué nivel de presencialidad necesita».

La brecha digital acecha a los despistados

Pero, más allá del teletrabajo, y ante el peligro de que la brecha digital entre empresas que apunta Mercedes Teruel, de la URV, se extienda, Jordi Ciuraneta reconoce que, especialmente en el ámbito industrial, «cuando avance la digitalización veremos otras cosas en Inteligencia Artificial y Big Data». Por eso, ante la posibilidad real de que haya empresas que por falta de visión queden descolgadas, Ciuraneta recomienda «no perder esta oportunidad».

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