Los españoles pierden 3.200 euros de salario anual desde el inicio de la crisis

La Organización Internacional del Trabajo califica el retroceso de «alarmante» y lo achaca a las políticas de austeridad

21 enero 2020 10:50 | Actualizado a 22 enero 2020 12:40
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Los salarios han perdido una porción importante en la tarta de la riqueza nacional en los últimos ejercicios: si en 2009 los ingresos laborales pesaban un 66,6% en el PIB, en 2017 su participación había caído hasta el 61,2%, de acuerdo con cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Esta cesión de cinco puntos de PIB de las rentas del trabajo implica, según traduce Joaquín Nieto, director de la oficina de la OIT para España, que, al año, 64.500 millones de euros han dejado de estar en manos de los trabajadores, lo que equivale a una merma de 3.200 euros, de media, por ocupado y año.

Nieto, que califica este retroceso de «alarmante», lo achaca a la crisis económica, a las políticas de austeridad y al deterioro en la calidad del empleo, que se han materializado en un paro más elevado, en unos salarios más bajos y en menos horas trabajadas, por la extensión de los contratos a tiempo parcial que sobre todo sufren las mujeres.

La cifra que proporciona la OIT contrasta con la que se calcula a partir de los datos del PIB del INE, de acuerdo con la cual la participación de los salarios en el PIB se coloca persistentemente por debajo del 50%. La estadística de la OIT tiene en cuenta a los trabajadores autónomos. La OIT, en su Informe de Perspectivas Sociales y de Empleo en el mundo, que se presentó este lunes en Madrid, pone el foco en el subempleo, que suma al paro el trabajar menos horas de las deseadas o el abandono de la búsqueda de un empleo por desestimiento.

En este sentido, en España, al paro del 14% (inusualmente alto, afirma Nieto, que recuerda que el área geográfica del mundo con mayor nivel de paro, el Norte de Africa, éste ronda el 12%), que equivale a 3,3 millones de personas, hay que sumar a otro 1,2 millones de personas que desearían trabajar más horas, sobre todo mujeres, y a otras 900.000 que han desistido de buscar un empleo. Son cifras para el año 2019. En total, por tanto, la tasa de subutilización de la fuerza de trabajo en España es del 23%, que contrasta con el 14% en que se sitúa esa cifra en la Unión Europea.

Peor entre los jóvenes

Entre los jóvenes estas cifras son aún peores: sólo una de cada dos personas de entre 15 y 24 años que tenían interés en trabajar tenía un empleo o suficientes horas de trabajo. Si la tasa de infrautilización de la mano de obra española joven está en el 48%, en el caso de la europea baja hasta el 28%.

Para dinamizar la creación de empleo, la OIT comenta que la política monetaria no proporciona ya mucho margen de actuación, pero apunta que en la política fiscal sí hay más espacio para potenciar ciertos sectores que podrían tener la capacidad de generar empleo, como la transformación digital; así como la transición energética, circunstancia que puede utilizarse para reindustrializar el país y que deje de depender tanto de la construcción y el turismo; la formación, dado que los dos procesos anteriores van a requerir educación para nuevos trabajo; y los cuidados, que puede ser una importante fuente de empleo como consecuencia del envejecimiento de la población. Impulsando estos sectores, dice Nieto, se puede ayudar a corregir el empleo y el subempleo.

En este entorno de debilidad en el empleo, ¿conviene subir el salario mínimo? Nieto explica que si las expectativas laborales dependen de las económicas, hay que tener en cuenta que el sector exterior se está resintiendo por las interferencias del comercio mundial, por lo que existe la necesidad de impulsar el mercado interior y que éste podría verse favorecido por el aumento de los salarios.

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